1. La joven Karla


    Fecha: 14/07/2024, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

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    La joven Karla vivía sólo desde hacía ya cinco años, pues a los veinte tuvo a bien confesar a sus padres su orientación sexual, pero ellos no estaban dispuestos a tolerar a una hija lesbiana. Teniendo ya veinticinco años, Karla era una chica muy guapa, tanto que sus ojos casi claros sobresalían en ese rostro bronceado.
    
    Siendo tal su belleza, Karla era asediada por varios hombres, de los cuales sólo se reía, muy segura de lo que en verdad ella quería. Jamás hombre alguno había besado sus labios ni lo haría, decía ella.
    
    Gozando de la tranquilidad de vivir sola, esa noche, siendo fin de semana, Karla disfrutaba de una película. Siendo ya algo noche, se dispuso ir a dormir. Apenas pararse de su sillón, escuchó que alguien tocaba a su puerta y gritaba su nombre:
    
    - ¡Karla, abre por favor! ¡Abre!
    
    Algo sorprendida, pues que era ya entrada la noche, Karla vio por la mirilla de la puerta de quién se trataba. Aquel que gritaba no era otro que Joel, uno de los pocos hombres a los que ella tenía confianza. Era un mujeriego de primer nivel, pero Karla era chica lesbiana, por lo que aquel joven no le presentaba problema alguno.
    
    - Él sabe mi orientación, por lo tanto, jamás seré parte de su ganado, pensó cierta vez.
    
    - ¡Karla, abre, por favor!
    
    Apenas abrir, el chico entró a la casa, sin esperar que ella lo invitara a entrar. Tras cerrar de nuevo la puerta, el joven tomó a Karla de los hombros y le dijo:
    
    Por favor, por favor, no preguntes nada, sólo hazlo.
    
    La ...
    ... expresión de Joel era de angustia, de miedo. La chica lesbiana lo miró, extrañada.
    
    ¿Hacer qué? – preguntó Karla.
    
    Por favor, chupa mi pene.
    
    Ante tal respuesta, la chica lesbiana lanzó un grito lleno de sorpresa e indignación.
    
    ¿Qué has dicho? – dijo Karla – Estás demente. Sal de mi casa de inmedia…
    
    No pudo terminar la frase, pues el chico ya se había sentado en el sillón y sin más, se había sacado el pene. Ella nunca en su vida había visto uno.
    
    ¡Por favor, sólo hazlo!
    
    Estás demen… 
    
    Miró aquel pene, molesta, pero a la vez aturdida. Empezó a tartamudear, en parte por el enojo, pero también por la sorpresa.
    
    Sin entender nada, Karla se dirigió a donde se había sentado su amigo y, en verdad confundida, se arrodilló, levantó los ojos al cielo y respiró profundo. Comenzó a chupar aquel pene erecto, mientras pensaba: - Pero, ¿qué es todo esto? Apenas había dado unas cuantas chupadas y teniendo el pene en la boca, dirigió la mirada hacia su amigo, buscando una respuesta, pero el chico no dijo nada.
    
    Karla chupaba casi como autómata; igual no es como que una chica lesbiana tuviera el mismo sentir ante un pene como lo tuviera una heterosexual. Pero lo más importante, es que no entendía nada. Sabía que Joel era asediado por muchas mujeres y no dudaba que varias de ellas hayan terminado en su cama, pero ¿por qué le había pedido eso a ella, que chupara su pene? 
    
    Pero si yo soy lesbiana – pensaba Karla -. ¿Por qué estoy chupando el pene de un amigo? Además, Joel ...
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