Relatos eróticos esposos cómplices cap 111 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 111

... dará dinero para mantenernos, pagar un abogado y nos ayudará con el informe.

Le acepté todo, pero también todo sería pago adelantado.

 Estando de acuerdo subimos a su auto los tres y abrí mi cuenta bancaria con los primeros 5 mil qué me pagó el jefe, regresando a la casa inmediatamente.

Hija : Señor, tenemos tres horas antes que llegue mi papá. Está bien.

Jefe : Si colaboras creo qué será suficiente.

Entramos a mi cuarto y el jefe pidió qué yo me retire y mi hija le dijo qué estando presente le daba más seguridad y éso ayudaría.

Jefe : Pero por favor no quiero qué intervenga en nada.

Inmediatamente se desnudó viéndole una panza gorda y peluda y cuándo se quitó los pantalones saltó una verga súper dura, no muy larga pero si bien gruesa y doblada hacía arriba de 15 x 4 dejándome con la boca y los ojos bien abiertos.

Por su edad no pensé qué la tuviera tan dura, ni a mi esposo siendo menor se le pone tan dura y además no lo tiene tan grande, a él le mide 13 x 3 y la tiene derecha.

Acercándome a mi hija le dije qué no pensé que tuviera ése vergon, y qué pensándolo bien me deje a mi estar en su lugar qué yá he probado verga y me va a doler menos que a ella.

Hija : No es por éso mamá, es por qué tienes qué seguirle siendo fiel a papá.

Ví a mi hija echada en la cama con las piernas bien abiertas y entre ellas al jefe metiendo lengua en su concha haciéndola saltar en la cama soltando sus orgasmos.

Luego comenzó a chuparle las tetas haciéndolas ...

... sonar cómo botella de champagne al destapar, después se echó y mi hija arrodillada le chupaba la verga pero se notaba su inexperiencia.

Después el jefe la volteó comenzando a chuparle el ano haciendo gemir a mi hija y yo sin querer tenía la truza completamente mojada,teniendo que sacarmela y secarme la concha.

A las 2 horas de estar jugando el jefe estaba encima de mi hija besándole la boca y dió su primer empujón sin lograr nada.

Dió 3 empujones y ante el nerviosismo de mi hija me acerqué y cogiendo la verga con mis manos me dí cuenta que su cabeza no tenía punta y querer meterla así a una concha virgen era imposible.

Le expliqué a mi hija para tomar su lugar por qué a mí concha rota si entraría ésa gorda verga.

Ella no aceptó y pidió que lo siga intentando.

Jefe : Si estuviera en mi casa le metería un consolador para ir abriendo camino.

Hija : Mamá, entonces trae pepinos o zanahorias.

Con una zanahoria grande con bastante punta el jefe le fué metiendo entre los gritos de ella hasta llegar a la mitad y sacándolo vio rayitos de sangre.

El jefe algo molesto al sentirse relegado por una zanahoria le dió un soberano empujón logrando meterle la cabeza a mi hija qué grito como si la estuvieran matando.

Le pasé un cojín para qué muerda y aplacar en algo sus gritos y no alarmar a los vecinos.

Veía la pareja tan dispareja en todo, él un viejo de 60 años y ella con apenas de 18 él un gordo panzón trigueño peludo con 100 kgs y ella  flaquita, blanquita con ...