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El vecino de estreno
Fecha: 06/08/2017, Categorías: Gays Autor: Webmonster6910, Fuente: CuentoRelatos
Nuestras vagancias sexuales de los últimos meses habían sido muy planeadas. Necesitábamos acción y la que contamos hoy vino a refrescar ese aspecto de nuestra vida sexual. Una noche llegué del trabajo y Ana me contó que Edgar, el hijo de una amiga suya de los grupos de trabajo le había escrito. Ella nunca le dio su número pero él lo sacó a escondidas del teléfono de su mamá. Ella conocía Edgar sólo como encuentro social incidental cuando llegaban a coincidir. Apenas después de un "hola" se había identificado y ya que confirmó que Ana lo había identificado le marcó para decirle de viva voz que estaba muy impresionado por ella desde el primer momento que la vio. Ana no recordaba en qué momento ocurrió eso pero le hizo ver a Edgar que tenía pareja. Sin embargo el chico siguió tratando de convencerla por mensajes de que lo dejara verlo en persona al menos una vez. El universitario le dijo claramente que era virgen y que estaba buscando tener una experiencia que le dejara mucha enseñanza. "¿Te gusta?" le pregunté, pensando que tal vez me lo estaba presentando como candidato a un trío o alguna otra vagancia. "Es muy muy guapo pero aunque ya tiene 18 años en realidad parece de menos y aparte ni sabe coger" me respondió justificando el descarte inmediato. Coincidimos en el tema y de hecho, Ana ya le había pedido que no escribiera aunque sin cerrarle la puerta agresivamente para no provocarlo. Decidimos que el mejor camino era la negativa cortés para que se fuera ...
... aburriendo. Pasaron las semanas y cada vez escribía menos. Finalmente se llegó el tiempo de las fiestas de fin de año. El couch del gym de Ana organizó una fiesta con la mira de que aun añadiendo a los que éramos parejas de los clientes el número de hombres y mujeres fuera exactamente el mismo. "Eso y unos litros de alcohol a libre demanda y aquello debe ponerse divertido" decía el couch. Cuando llegamos a la fiesta aquello parecía fiesta de secundaria fresa. Nos decepcionamos pero decidimos esperar ahí un rato tomando algo para luego irnos a alguno de nuestros antros habituales. La gente estaba tomando bastante y de pronto el ambiente comenzó a avivarse. Decidimos esperar un poco más con la esperanza de que hubiera algo de acción como había pensado el couch. Cuando llevábamos unas 4 o 5 copas, empezaron a entrarle mensajes, varios, al celular de Ana que por estar hablando con una compañera no pareció escuchar. Cuando le dije que tenía mensaje se limitó a pasarme el celular para que yo viera si no era alguna urgencia. Cuando abrí los mensajes, resultó ser Edgar: "Hola" "Cómo estás?" "Salí al cine con un amigo y en la sala había una mujer que me recordó a ti" Lejos de darme celos me causó mucha risa y eso sí llamó la atención de Ana quien también se rio bastante por el recurso tan trillado. "Síguele la corriente!" le dije, "será más divertido que la fiesta" que por cierto ya no daba señales de progresar a algo más picante. La conversación de Edgar era ...