Relatos eróticos esposos cómplices cap 112 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 112

... ?

Yo : No hija, sólo te digo qué si soportas ése vergon lo vas a disfrutar cómo nadie.

Hija : Mamá, contéstame con sinceridad, no te provoca acariciar ésa vergota ?

Yo : La respuesta me pone en compromiso, pero te responderé. Yo me lo cacharia también, pero por respeto con acariciarlo me conformo.

Hija : Mamá, en la próxima te daré ésa oportunidad.

Yo : No hijita, qué vergüenza qué dirá el gordo.

Hija : Mamá, éso no debe preocuparte, piensa cómo yo él yá es un cadáver y en dos años se llevará todo lo que vió y todo lo que hizo a la tumba y sólo nosotras sabremos lo qué hicimos. Además mamá por éso le podemos sacar más plata qué tanto necesitaremos.

Lo pensé unos minutos y tenía mucha razón.

Yo : Está bien hija, planealo tu y me avisas.

Después de dejarla lista y curada me fui a cocinar y a hacer mis cosas.

Miguel llegó en la noche y confesando sus pecados se puso llorar haciéndome llorar también a mi.

Yo : Amor, pero por qué lo hiciste ?

Miguel : Para darles gusto, yá qué tantos años aguantaron mi pobreza y viendo qué podía ganar algo más ocultando algunas cosas de la empresa y darles gusto a ustedes, sin pensar qué algún día lo descubrirían 

Yo : Y qué has pensado hacer ?

Miguel : No lo sé, huir de acá, 
esconderme, presentarme y entrar a la cárcel o llegar a un acuerdo con la empresa o suicidarme.

Yo : No mi amor, ni hables ésas cosas, tienes qué pensar en nosotras.
Por qué no hablas con los gerentes para llegar a un acuerdo ...

... ?

Miguel : Por que a pesar de haberlo descubierto hace una semana no me dicen nada. Más bien he pensado hablar con mi jefe para qué me acompañe a llegar a un acuerdos con la empresa.

Yo : Mejor no hables con él.
Creo qué mejor espera a qué hablemos con un abogado a ver qué nos recomienda.

En éso apareció mi hija teniendo qué disimular y para no preocuparla hablamos en forma normal, cenando despidiéndonos para ir a dormir.

Al día siguiente qué se fué mi esposo le conté todo a mi hija no pudiendo evitar que se ponga a llorar igual que yo y abrazadas estuvimos por media hora.

Hija : Mamá, no hay tiempo qué perder alístate para ir a buscar a un buen abogado.

Recorrimos todo el ministerio judicial averiguando por abogados hasta qué nos recomendaron uno bueno pero lo vimos muy joven pero nos demostró lo profesional qué era revisando las pruebas que el gordo nos llevó.

Dijo qué era mejor adelantarse y se presentaría a la empresa al siguiente día.

Le dimos un adelanto y regresamos a la casa más tranquilas y confiadas con el apoyo del abogado.

Hicimos un día normal pero Miguel no regresaba y llamamos al abogado qué asombrado nos dijo qué el gerente le dijo qué recibía con agrado la pretención de un acuerdo y qué lo vería y estaríamos en contacto.
Nos dijo qué averiguaría y nos llamaría.

Preocupadas llamamos al gordo diciéndonos qué a su salida del trabajo fué detenido por la policía y llevado a la cárcel.

Nos pusimos a llorar desconsoladamente sin ...