A MI MUJER SE LA COGIÓ NUESTRO PERRO. LA HIZO BRAMAR - Relatos Eróticos

A MI MUJER SE LA COGIÓ NUESTRO PERRO. LA HIZO BRAMAR

Mí mujer y yo llevamos más de treinta años de casados, yo de 53 años de edad y ella de 47 años. Jubilados, con dos hijos, ambos ya casados y cada uno en su propia hogar. Tenemos algunas fantasías eroticas que nos han servido en nuestra relación. Yo soy un poco alto, panzon y con un pene mediano chico, delgado y ya con algunos problemas de erección. Ella tiene buen cuerpo, piel blanca, piernuda, nalgona, chichona y unas buenas caderas. A cada rato en la calle la piropean, la invitan a salir y hasta insinuaciones de llevársela a la cama ha tenido, ella me platica todo ésto y siempre me pone muy excitado y muy caliente imaginandome todo mientras escucho sus comentarios. En una ocasión le propuse hacer realidad una fantasía, me respondió que si le gustaría hacerlo, pero tiene mucho temor por la indiscreción y que éso es lo único que la detiene, ya que no le gustaría andar en habladurías y nuestra reputación se viera afectada o se arruinara nuestra buena imagen social. Por cuestiones de inseguridad, hace un año que adquirimos un cachorro, un perrito de raza pitbull, muy bonito, ahora ya es un perro grande, muy bueno para cuidar la casa, cariñoso y juguetón. Una tarde, mi mujer y yo estábamos cachondeando con una de mis fantasías favorita en la que mi mujer tiene sexo con un amigo mío y yo estaría presente viendo y escuchando todo, nos excitamos tanto que empezamos a coger, no nos dimos cuenta que la puerta de la recamara quedó abierta y nuestro perro nos estuvo observando todo el ...

... tiempo, notamos su excitacion también ya que tenía toda su verga fuera y se la lamia con algo de desesperación. Me sorprendió mucho ver el tamaño y lo gruesa que tenía su verga, parecía un trozo de chorizo grandeygrueso, entonces miré que mi mujer estaba más sorprendida que yo por el tremendo vergon de nuestro perro, estaba como hipnotizada sin poder dejar de ver el gran trozo de carne que le colgaba. Entonces le dije en el oido con voz baja, pobre perro, ha de traer muchas ganas de montar a una perra, pues si, pobre, ha de traer muchas ganas me respondió ella.... quedamos en silencio y nos dormimos. Otro día, no dijimos nada del tema, pero note que ella a cada rato estaba mirando a nuestro perro y su mirada era muy insistente. Al siguiente día, la noté igual con el perro, y así estuvo toda la semana, en las noches se acostaba muy excitada con la panocha bien húmeda. Yo estaba seguro cuál era el motivo por el que mí esposa terminaba así y sabía bien que el tamaño y lo grueso de la verga de nuestro perro la traía así. Entonces una noche, me armé de valor y empecé a hacerle preguntas y comentarios sobre la situación y necesidad de nuestro perro y cómo podríamos ayudarlo. Le platiqué la manera en que cogen los perros, el ritmo acelerado que tienen y que al final cuando ya le meten toda la verga a las perras, en el tronco de su verga, les crece y se les hincha una bola haciendo que se quede pegado con la perra, así duran entre 10 y 20 minutos pegados, y en ése tiempo, también les ...