1. LA MADRE DE LUCIA


    Fecha: 25/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: shanti, Fuente: RelatosEróticos

    ... las piernas.
    
    Se incorpora, saca el aceite del bolso, me lo da y zas, se quita el top. ¡Dios mío que pechos mas preciosos! Se tumba y yo intentando no me temblase la mano le fui dando el protector por la espalda, mientras ella iba dando pequeños gemidos de placer por el masaje. Yo estaba caliente y empalmado.
    
    ¿Ya has terminado? ¿Y las piernas? – me pregunto deseosa.
    
    Empecé a extender el aceite por sus piernas, y ante mi asombro ella se mete la braguita por las nalgas y dice:
    
    Dame también por el culete por favor.
    
    Yo pensaba, por el culete te iba a dar…
    
    Pasamos el resto de la tarde tumbados boca a bajo, yo con dolor de testículos, y ella sin parar de soltar frases que me sonaban muy eróticas, como "esta mañana con el calor estaba empapada", "mañana como tienes fiesta me aprovechare de ti, para salir un poco" o "creo que me he quemado la espalda, voy a estar un par de días sin llevar sujetador"
    
    Llegamos al apartamento sobre las ocho de la noche, y le cedí el cuarto de baño para que se duchase primero.
    
    La mujer ni corta ni perezosa, se quita en la cocina ante mi asombro, el top, el pareo y me dice:
    
    me voy a duchar que estoy ardiendo y muy sudadita…
    
    y sin mas vestimenta que las pequeñas bragas de Lucia, que eran como dos tallas mas pequeñas de las que debería usar, se paseo por todo el salón hasta el cuarto de baño. Solo tenía ojos para ese culo duro que había palpado en la playa, que sobresalía de la braguita y que poco a poco iba ...
    ... tragándosela.
    
    Cuando salio del baño envuelta en una toalla, entre yo para ducharme. Empalmado, caliente, y deseoso de calmar todos mis calenturas.
    
    Lo primero que hice al entrar a la ducha, fue empezar a cascarme una tremenda paja, cuando de repente se abrió la puerta.
    
    -¡Huy! como no oía la ducha, pensé que aun no habías entrado. Es que me he dejado las braguitas. ¿Luego me las recoges y las traes para meterlas en la lavadora?- pregunto desde el quicio de la puerta.
    
    Yo para entonces ya no sabia si salir y violarla, seguir con la paja mientras hablaba o terminarla cuando se fuera.
    
    Opte por la última opción.
    
    Tras vestirme y salir del baño, lleve la dichosa prenda a la cocina, y allí estaba ella, con una camiseta que le llegaba hasta medio muslo, como única prenda de vestir visible, y por lo que parecía como mucho llevaría bragas, porque sus pechos se adivinaban libres por debajo.
    
    Mientras ella preparaba la cena, y seguía diciendo frases que mi cerebro convertía en pornografía, me senté en el salón a ver la televisión.
    
    Al rato apareció por allí, y empezó a poner la mesa para cenar mientras veíamos una película que había alquilado.
    
    Se agacho para poner el mantel y la holgada camiseta dejo ver sus pechos voluminosos, intentaba disimular y no mirar, pero no podía.
    
    Cuando ya se harto de enseñarme esas dos tetas sublimes, se puso de puntillas e intento coger una fuente que había en la parte alta del armario del salón, y al estirarse, aparecieron sus dos nalgas, se giro ...