1. Tía viuda por el viagra (2): finde, sexo a full


    Fecha: 26/11/2018, Categorías: Transexuales Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    La situación en concurso ideal de necesidades, la justificación moral que anestesia las posibles culpas, todo está cubierto para dar rienda suelta a nuestras necesidades sexuales insatisfechas.
    
    Después de ese primer encuentro a todo dar, las ganas de repetirlo se incrementan, nunca nos damos cuenta de cuanto necesitamos algo hasta que volvemos a probar que tanto lo necesitamos.
    
    Luego de nuestro primer acto de sexo, el acuerdo tácito en repetirlo, corregido y aumentado era la idea que cada uno fue dándole forma desde el mismo momento que intercambiamos los números del teléfono móvil, agregarlos con nombres cambiados era la forma de estar presentes. Precisamente antes de completar las dos cuadras que me separaban de mi casa recibí ese inquietante mensaje de Elina con una imagen desnuda “esto está esperándote…” en la imagen la palma de su mano sobre la nalga con el culito levantado en pompa.
    
    Claro que los siguientes mensajes fueron llegando con la prudencia y prevención de no caer en momentos comprometedores, un envío de prevención y la respuesta del vía libre era la clave para recibir esas fotos que necesitaba enviar para calmar la hoguera que dejé encendida al retirarme de su cama.
    
    En la mañana siguiente salí a realizar la corrida matinal, como ese finde largo la hija no estaría era el momento propicio para hacer un rapidín.
    
    Le avisé cuando salía de modo que estuviera “preparada”, más y mejor de lo fantaseado. Elina lo había preparado hasta el último detalle, ...
    ... como en las películas escribió “la llave esta debajo de una piedra en el jardín”, siguiendo las instrucciones entré para sorprenderla, pero me la encontré con una bata sujeta por un cinto de lazo bien grande y con el café humeando al calor del deseo.
    
    La escena erótica se completó cuando desatando el lazo de la bata, abrió la desnudez, los labios de abajo ligeramente aletean con un brillo nacarado, dijo “te estábamos esperando!” . Adelantó el cuerpo, sacando el pecho bien al frente como para resistir esa lamida feroz, tanto que no pude contener el arrebato de tomar su teta izquierda, estrujada entre mis manos y comerme su pezón.
    
    Tragando, lamiendo y chupando con el frenesí propio de quien viene buscando el agua vital luego de una travesía por el desierto de la abstinencia sexual. El abrazo, se descontextualizó de todos los preparativos, tomada en mis brazos la coloqué sobre la mesada de la cocina, recostada contra la pared, las piernas flexionadas se elevan y reposan sobre mis hombros, voy decidido a comerme su “boca” brillante, moviendo los míos hacia un lado y otro, hago el espacio necesario para comenzar esa lamida que la dejó sin palabras.
    
    Los gemidos vibran y se agitan en su vientre, los movimientos incontrolados se replican en creciente agitación. Las palabras salen mordidas y estranguladas por la calentura que la invadió, la sorpresa de la tremenda mamada la descolocó, que le hicieran sexo oral era algo inédito, menos aún imaginado que esta forma de hacérselo ...
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