1. Tía viuda por el viagra (2): finde, sexo a full


    Fecha: 26/11/2018, Categorías: Transexuales Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... finado, y la de él me dolió cuando me la metía, la tuya algo más gruesa y con tanto tiempo sin uso, uff, claro que me gustaría sentirla pero me asusta un poco. Ah, la demora fue que me hice la depilación con “tira de cola” para que encuentres el camino al “marrón” libres de todo pelito. Todo para mi amor, mi culito es tuyo…
    
    - Voy a ser cuidadoso…
    
    - Lo sé… bueno así dicen todos y cuando la tienen dentro se olvidan de todas las promesas…
    
    - Bueno, te voy a creer, te lo voy a entregar, pero antes de hacerlo… porfa!!! Una lamida como en la mesada, porfa…
    
    Con esos mohines quien se puede negar, sobre todo con lo que me gustaba comerle esa breva jugosa, ahora con los vellos delicadamente emprolijados. La mamada se extendió más de lo previsto, necesitaba llevarla al límite de su calentura y lo suficiente para poder demorar la mía y poder gozar de ese magnífico culito que había quedado sin atenciones.
    
    Hacerle una mamada que la dejó colmada de placer pero me detuve un par de veces sin permitirle el orgasmo, necesitaba tenerla bien caliente, no fuera que se le ocurriera arrepentirse en el último instante. Con la última lamida, humedecí el dedo para tantear el hoyo, un acercamiento al gran premio. Era tiempo de colocarla de bruces, ella misma se colocó la almohada bajo el vientre, las nalgas bien en pompa, elevadas, la raja cubierta por el moño rojo…
    
    Deshacerlo fue algo disfrutado, lento y saboreando el deseadísimo regalo, se veía tan prolijamente depilada como la piel ...
    ... de un bebe, se mostraba rosado e incitante, moviendo las cachas el hoyo parecía despertar del letargo del olvido, el movimiento muscular contrayendo y dilatándose semejaba los labios pronunciando el número dos.
    
    No podía verme pero estaba consciente que ese delicioso “marrón” era movilizador de mis manos para poner el miembro en condiciones de penetrarlo.
    
    - Por favor, suave, suave. Tengo un pote de crema en la mesa de noche.
    
    - No es necesario, voy por delante hasta lubricarme en tus jugos, con eso bastará. Me gusta sentir como se siente el contacto sin la crema.
    
    - Hmmm… pero porfa, suave, suave…
    
    La última recomendación llegó justamente cuando abría los cantos para entrarme en su conchita, pletórica de jugos por el asedio de lengua. Quisiera seguir jugando dentro de su vagina, pero el deseo de hacerle el culo se imponía sobre cualquier otra cosa.
    
    Los dedos enjugados en la conchita fueron el lubricante para frotar el círculo anal, un par de veces, hasta que la verga estaba en plena erección, la sentía dura como nunca.
    
    - Abrete los cachetes para entrarte…
    
    Sus manos desbrozaron la abertura, la cabezota brillante se apoyó justo en el centro, comencé a presionar despacio, lentamente, mientras mis manos movían las nalgas, en círculo, abriendo y moviendo para ayudar a relajar el esfínter. Necesité un par de intentos para poder abrirlo, la cabeza atravesó el desafío de atravesar el resistente anillo, los músculos cedieron a la presión de la verga.
    
    El “Ahhhh” ...
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