1. La prueba de la amistad


    Fecha: 26/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el sol un rato antes de el siguiente partido. Volvimos a ganar, y también el que jugamos por la tarde. Un par de partidos más y estaríamos en la final.
    
    Esa noche después de cenar fuimos un rato a una discoteca cercana. Estaba llena de gente y eso que sólo eran las 11 de la noche. Pedimos un par de copas y nos pusimos a observar a las chicas. Luego Dani se fue a la pista a bailar y lo perdí de vista entre el tumulto de la gente. Yo me quedé un rato más en la barra. Me dirigí un par de veces hacia alguna chica solitaria pero al ver que en ningún caso parecía ser bien recibido me largaba de allí y volvía a mi sitio, cerca de la barra. Era cerca de la una de la mañana cuando decidí marcharme pues parecía que esa noche no iba a pescar nada y además al día siguiente teníamos un partido a las diez de la mañana. Y entonces, ¿qué otra cosa mejor podía hacer que dormir?
    
    Llegué hasta mi habitación en silencio y pensando si a Dani se le habría dado mejor la noche cuando alcancé la puerta. Fui a abrirla y me di cuenta de que la puerta estaba ya abierta, sólo había quedado entornada y entonces, al entrar, me encontré con algo que no esperaba. Vi a Dani, estaba desnudo y tumbado en la cama, y Silvia estaba sentada sobre él, sobre lo que debía ser su polla, y se movía frenéticamente sobre ella. Dani se sobresaltó al verme llegar y quiso apartar a Silvia de encima suya pero ella se lo impidió y en lugar de turbarse ante mi llegada pareció que aquello la había exacerbado aún más y un ...
    ... poderoso gemido de placer salió de sus labios cuando en esos mismos momentos conseguía alcanzar su orgasmo.
    
    Mientras Silvia se recostaba sobre Dani intentando retener los últimos extertores de un enorme pero pasajero placer, mi amigo seguía mirándome, casi reprochándome que hubiese llegado tan pronto, pero cómo iba a imaginar yo que él iba a estar allí…
    
    Entonces Silvia, como si hubiese adivinado nuestro diálogo de miradas inquisitorias me dijo:
    
    Será mejor que entres de una vez y cierres la puerta o todos los vecinos van a venir a ver que es lo que pasa aquí dentro.
    
    Aquello era evidentemente una invitación, una proposición a algo más que una charla o un par de caricias bajo el agua. Entonces, antes de hacer lo que ella me había dicho miré a Dani, y ahora sus ojos no me reprochaban nada, estaban tan asombrados como los míos y pensé que estaba claro que debía obedecerla.
    
    Cerré la puerta y acabé de entrar en la habitación. Llegué justo hasta mi cama. Ahora estaba tan sólo a unos metros de ellos dos. Dani, tenía la polla algo desinflada aunque no había llegado a correrse tras mi llegada. Silvia se la acariciaba con una mano mientras con la otra se secaba las gotas de sudor que le corrían por la frente. Ahora podía verle perfectamente los pechos desnudos y apretados contra el cuerpo de Dani y la oscuridad de su sexo que brillaba por los jugos de su excitación. Sólo con verla así y imaginarla sobre mí, como minutos antes la había visto sobre Dani estaba comenzando a ...