Los trabajadores - Relatos Eróticos

Los trabajadores

... experimentaba cosas nuevas y me preguntó que si le entraba a todo.
Claro les dije, como a ustedes también me gusta jugar a qué me den nalgadas y me toquen el paquete, se quedaron viendo como diciendo nos cacharon.
Qué más hacen les pregunté, yo no tengo problema si quieren hacer algo igual y hasta nos podemos divertir juntos, el hijo del señor estaba sonrojado y el sobrino se veía ya bien exitado.
Tome mi celular y busque un vídeo porno para transmitirlo en la pantalla el sobrino se pasó a mi sillón y me empezó a tocar yo inmediatamente me quité el calzón e iniciamos el cachondeo se desnudo y que buena verga tenía se la chupe y sus dedos acariciaban mi culo el otro chico solo miraba total que después de unos minutos de mamadas se sentó pidiéndome que me la metiera fuí por condones a mi recamara le puse uno y me senté para clavarme esa rica verga.
Le pedí al hijo del señor que se pusiera de pie al tenerlo frente a mi le baje los pantalones y empecé a chupársela lubricaba cómo loco, el sobrino se levantó y lo besó también te la voy a meter le dijo me inclino sobre el sillón y me la metió de nuevo, que rico era.
Me la sacó nos besamos e hizo que el muchacho nos la chupara a los dos después se la metió a él y yo me metí por debajo para chupársela el chico gemía de ...

... placer, cómo era incómodo les dije que nos fuéramos a la cama, siguió metiéndole la verga y yo mamando  después cambiamos haciendo un trenecito se la metí al chico y el sobrino a mi, hicimos beso de tres, nos la mamamos y también se la metí al sobrino mientras él al chico, total que terminamos el sobrino y yo y nos pusimos a chuparle la verga al chico para que terminara, que delicia fue.
Nos quedamos un rato en la cama y después se pusieron a pintar fue genial porque no se vistieron y yo ahí viéndolos como de pronto se daban un beso o se agarraban las nalgas, terminaron de pintar y para despedirnos nos volvimos a mamar entre los tres. Yo les pregunté que si el señor sabía de ellos y explicaron que no, que vivían en el mismo lugar y que como primos para los sus padres era normal verlos siempre juntos trabajando.
Se despidieron pidiendo que cualquier aclaración o más trabajo me comunicará con el tío, creí que hasta ahí terminaba la aventura pero al siguiente sábado en la tarde tocaron el timbre y al abrir eran ellos diciendo que pasaban para ver si la pintura había quedado bien.
Entraron y les dije que todo bien pero que sería genial un poco de mantenimiento para mí, se podrán imaginar lo bien que la pasé y así se han repetido varias visitas de más mantenimiento.