Dando el adiós a mi esposo en el aeropuerto
Fecha: 29/08/2024,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: VillaEgo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... dientes más impecables que nunca había visto.
Por lo visto, estos dos eran expertos en hacer sentir bien a una chica, así que los invité a mi casa para conversar. Aceptaron con entusiasmo y nos dirigimos los tres en mi automóvil. Tenía las piernas un poco separadas para usar los pedales cuando nos dirigíamos a mi casa, y sentía las miradas del que tenía al costado sobre mis piernas. Se acercaba hacia delante el que estaba en el asiento de atrás, seguramente para ver mis senos a través del escote de la blusa.
Cuando llegamos al edificio en el que resido, subimos las escaleras hasta el tercer piso. Durante todo el tiempo, siempre iba delante de ellos, y es probable que disfrutaran de mis piernas mientras subía. Mi falda no era tan corta como para que pudiesen ver por debajo, pero seguramente habrían disfrutado mucho de mis muslos desde su posición.
Después de llegar a mi puerta, saqué las llaves de mi cartera y parecía que la chismosa de mi vecina se despertó para ver quién había llegado. La saludé, e igual hicieron mis nuevos amigos, pero la malcriada no se dignó a responder y regresó a su departamento. Esperaba que mi esposo no se enterara de que estaba introduciendo a hombres en mi hogar durante su ausencia.
Al entrar, los invité a sentarse en la sala y les ofrecí unos tragos.
Me sentía bien porque era compañía masculina, y mucho más porque estaba acompañada. Puse música y después de un rato, parecíamos buenos amigos; siempre me piropeaban y me hacían ...
... sentir muy bien. En un instante, la persona que se sentaba a mi lado me acarició la oreja y yo le advertí que no lo hiciera porque me daba cosquillas.
El hombre que estaba al frente mío me observaba como si estuviera desnuda, y yo no necesariamente deseaba que ocurriera nada. Sin embargo, debido a la dieta rigurosa de relaciones sexuales a la que me ha acostumbrado mi esposo, es difícil disimular el sentimiento que una experimenta al recibir la mano de un hombre.
El que estaba al costado volvió a poner su mano en mi pierna izquierda y apretar mi muslo, lo que me puso caliente solo de pensar que tenía a esos dos chicos para mí. Algunos de ellos estaban algo desinhibidos por el licor, así que les pedí que me dijeran honestamente qué querían hacer. El individuo que estaba frente a mí me expresó que su deseo en ese momento era “lamer tu ojete, ricura”. Por la franqueza de su petición, los colores se me elevaron en el rostro al escuchar sus palabras.
De repente, la persona que estaba a mi lado me abrazó y me besó en la boca. Yo separé mis piernas para que la persona que estaba al frente pudiera ver a través de mi falda. Poco a poco desabotonó mi chaleco y mi blusa, dejando mi sujetador a la vista. El otro se acercó a mí para acariciar mis piernas y poner su cabeza entre ellas mientras sus manos amasaban mis pechos. Su boca intentaba devorar mi coño con todo y braguitas mientras me besaba encima de las pantimedias.
Uno me acariciaba y me besaba mientras el otro se ...