Dando el adiós a mi esposo en el aeropuerto
Fecha: 29/08/2024,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: VillaEgo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... desnudaba.
Poco a poco nos quedamos sin ropa y pude observar sus gruesas vergas ansiosas por penetrarme. Mientras me sentaba en el sillón, uno de ellos comenzó a lamer mi conchita mientras yo me llevaba la verga del otro a la boca. Mientras el que estaba entre mis piernas chupaba y jalaba los labios de mi vulva, sentía salir mis fluidos vaginales.
Al que me chupaba lo jalé del cabello, para que subiera y me clavara con su tranca de una vez, porque el placer que sentía en ese momento solo podía ser superado en el momento en que me penetraran. Se dio cuenta de mis anhelos y colocó la cabeza de su cuerpo en la entrada de mi concha, después de lo cual me empujó sin ningún esfuerzo. Mientras me penetraba, continuaba lamiendo el pene del otro, experimentando un orgasmo que me hizo reír y llorar al mismo tiempo.
Me gustaría expresar mi gratitud por el tipo de trabajo que desempeñaba mi esposo, ya que sus continuos viajes me permitían (y permitirían en el futuro) disfrutar de la habilidad de estos hombres (y de otros) que logren persuadirme.
Los tres nos dirigimos a mi habitación y les dije que fuésemos a mi cama para estar más cómodos. Cuando caminaba de espaldas, agarraba sus vergas durísimas con cada mano y los llevaba al interior de mi habitación.
Empujé a uno de ellos para que se echara boca arriba mientras me apoyaba en su cuerpo y me introducía su pene, mientras lo observaba de frente. El segundo se colocó de rodillas detrás mío y colocó su pene entre mis ...
... nalgas. En ese instante, comencé a cabalgar sobre la polla que tenía en la vagina y mis tetas comenzaron a moverse de un lado a otro. El que estaba detrás mío me abrazó con fuerza, agarrando mis tetas.
En ese instante, le pedí que me penetrara por el ano y empujando la punta de su pene en mi ano, me causó dolor. No me importaba el dolor que sentía, y seguí resistiendo hasta que la tuve dentro. Me incliné hacia delante y comenzamos a movernos rítmicamente.
En ese momento, disfrutaba de la culeada que me estaban dando, mientras nuestros cuerpos sudaban. Cuando me alejaba, sentía como si las vergas estuvieran a punto de salir, y me sentaba de nuevo para que alcanzaran el fondo de mi concha y mi recto.
De repente, me di cuenta de que tendría otro orgasmo, y parecía que ellos también estaban a punto de eyacular, así que comenzamos a moverse rápidamente hasta que nos corrimos los tres en medio del placer. Nos quedamos así por un rato, y cuando me levanté para recostarme, sentí que la leche que me habían dado me chorreaba. Vi que también había rastros de leche en la punta de sus penes, así que decidí limpiarlas chupándoselas.
Se quedaron toda la noche y disfrutamos hasta que nos cansamos. Para evitar que mi vecina se diera cuenta de que habían estado conmigo, se fueron a las seis de la mañana. Me quedé pensando mientras dormía que si mi esposo me brindara el placer que tanto anhelaba, no tendría que actuar así (como una puta) con estos hombres (y con otros que vendrán) ni ...