Me comeré a mi amigo 1 - Relatos Eróticos

Me comeré a mi amigo 1

Tengo un amigo que conocí en la universidad, me pareció un idiota al inicio, pero ahora no paro de pensar en él. 
Ambos tenemos pareja, aunque no tenemos el mismo tipo de relación, él me cuenta a menudo de su chica y me parece tierno que lo haga, es muy lindo. Mientras tanto yo ruego porque el hijo de perra de mi novio me haga caso. Me ignora a menudo y prefiere pasar tiempo con sus amigos, me tiene descuidada y yo como tarada estoy detrás de él. A veces tenemos sexo, al inicio me gustaba mucho, ahora son polvos de 3 minutos, pienso que está viendo a otras, ya que cada que sale regresa siendo distante. 
Hace unos días salimos mi novio y yo, incluido su grupo de amigos. Se portó muy idiota, me hizo de lado y como sospechaba sus amigos parecían saber algo, fui la burla de esa noche. Le escribí a mi amigo para contarle lo que estaba pasando. Me sentía muy mal y por suerte él estaba fuera dando vueltas solo en su carro.
Se ofreció a llevarme a casa si quería irme de la discoteca donde estábamos. Por supuesto dije que sí de inmediato. 
Salí a esperarlo, después de un rato vi su coche deteniéndose al frente. Me llamó, pero ya lo había visto así que fui caminando hasta él. Subí y en el camino le conté a más detalle lo que pasó. Carajo, cuando acercó su mano para darme algo con qué secarme las lágrimas, sentí que estaba cálida, me dieron ganas que me agarre con sus manos grandes. Había tomado un poco así que mis deseos estaban desatados. 
Llevaba el anillo que tenía con su ...

... novia, me hubiera gustado que después de tantos años de relación, mi novio siquiera llevara el nuestro a todos lados como él. La ternura y el deseo me hicieron sentir vulnerable. Justo en ese momento me ayudó a poner mi cartera en los asientos traseros para que pueda estar más cómoda y por accidente rosó mi pierna al estirarse. Sentí cómo una corriente me corría por todo el cuerpo. 
Llegamos a mi casa y quería arrojarme a sus brazos para poder sentirlos. No es musculoso, pero moría por que apretaran.
Al entrar a mi habitación me senté en la cama recordando cuando me tocó y empecé a fantasear, estaba tan excitada que le puse seguro a mi puerta para que nadie me molestara, me desvestí y me masturbé susurrando su nombre entre gemidos ahogados. Imaginé que sus enormes manos me agarraba los senos y luego bajaban para introducirme sus dedos en mi jugosa vagina. En medio de mi sesión me llamó el mierda de mi novio, después de media hora se preocupó de donde podría estar, aún escuchaba la música y la bulla de los demás al fondo, no tenía la intención de dejar el lugar por lo visto. Le corté antes que continuara con sus idioteces. 
Decidí que llegaría a otro nivel, puse una almohada en el centro de mi cama y me monté sobre ella. Empecé a moverme imaginando que montaba a mi amigo, cuando frotar no fue suficiente busqué algo para meterme, necesitaba sentir su verga de inmediato. Lo más parecido fue un recipiente de crema de pepinillo, le puse uno de los condones que tenía en caso el ...