1. Fin de semana especial 3


    Fecha: 27/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kimbocat, Fuente: SexoSinTabues

    ... mi piel mientras acaricio vuestros cabellos empapados. Ya en casa, os llevo hasta el cuarto de baño, allí un jacuzzi burbujea sin cesar, mientras humea caliente, entro en él, las dos aún estáis tiritando, impacientes por entrar, tu pones tu hocico sobre el borde, Luisa también. Y sin haceros sufrir más os digo que ya podéis entrar, el contacto de esta agua templada, no demasiado caliente, os hace entrar en calor, tu sumerges tu rostro, luego lo sacas, mientras Luisa se ha sentado entre mis piernas, tu también quieres, y pones tu cabeza en sus rodillas, tu cara esta fuera del agua, y también asoman tus pezones duros y oscuros entre el burbujear del agua. Yo voy acariciando el rostro de Luisa, y empezamos a charlar, tu sonríes, te sonroja oír como hablamos de ti, como le cuento tu sumisión, tu entrega, algunas de las distintas pruebas a las que te he sometido, ella por su parte me cuenta tus aventuras en la oficina, tus confidencias de algún día malo, tus bromas subidas de tono sobre tal o cual compañero. Respiras profundamente, te encanta sentirnos en tu piel, oírnos en nuestra conversación, tus cabellos flotan en el agua, y sin darte ni cuenta tus manos bajan hasta tu entrepierna, te gusta dejarlas allí, simplemente notarlas en tu vulva, mientras te acariciamos, te besamos, mientras jugueteamos con nuestra perrita sumisa y obediente. Sonrío a Luisa, y le digo que te mire, al final el cansancio te ha vencido, y duermes en nuestros brazos, entre este burbujear caliente y suave ...
    ... del agua, acurrucada entre sus piernas, con mis manos acariciando tu rostro, y con ella cogiéndote por tus pechos, para que no te hundas en el agua. Con cuidado nos levantamos, y cogiéndote en brazos, te llevo hasta tu jaula dejando un rastro de agua por toda la casa Medio en sueños, te entregiras y te aferras a mí, te gusta notar mis brazos bajo tu cuerpo, sentir mi piel pegada a la tuya. Luisa cada vez más sorprendida, nos sigue hasta tu rincón, allí en una esquina hay una jaula, no muy grande, lo suficiente para que quepa una mascota como tú, con cuidado te pongo dentro, ronroneas un poco mientras te suelto de mí, luego te enroscas sobre una colchoneta de apenas unos centímetro de altura que te hace de cama, te pongo tu vieja manta por encima, y tras cerrar el candado de tu puerta, Luisa y yo salimos y te dejamos descansar. Una vez fuera, ella sigue preguntando, y preguntando, quiere racionalizar algo que es puro instinto, puro placer, algo que no es para ser comprendido, sino para ser vivido, le digo que me acerque una fusta, ella queda callada, a 4 patas va a buscarla, y me la trae con la boca, la arranco de sus dientes, y le pregunto, ¿asustada?, ella afirma con la cabeza, ¿excitada?, vuelve a afirmar con la cabeza. Sin darle tiempo pensar, golpeo su lomo, ella gruñe de dolor, mientras tensa toda su piel, luego vuelve a mirarme, respira agitadamente, le duele, no lo esperaba, empiezo a andar a su alrededor, le ordeno que no levante la vista, me gusta como tiembla, como ...