cumpleaños - Relatos Eróticos

cumpleaños

... contento, llamo a Darío y le ordeno preparar todo, en la noche a atracarían aquella casa, el muchacho visiblemente emocionado obedeció enseguida, pensando en toda la droga que podría comprar con todo el dinero de aquel robo.
Aquel día era muy espacial para nuestra protagonista pues era su aniversario de bodas y lo iba a celebrar de una manera muy especial, ya tenía todo preparado para pasársela de lujo, preparo una buena comida, decoro su casa con globos, serpentinas, puso su vino favorito en el enfriador, se arregló lo más sexy posible, compro un vestido de satén azul muy ajustado con una pequeña abertura en la pierna, con un provocativo escote lancero el cual dejaba ver la excitante forma de sus grandes senos, la espalda estaba descubierta haciéndola ver más sensual, su lencería no se quedaba atrás, era tremendamente provocativa, Liz deseaba pasar una velada muy apasionada con su esposo, para ello compro un sexy conjunto de encaje en color dorado con unos ligueros y unas tiras que podía amarrar a sus zapatillas para hacer un efecto muy coqueto de medias a medio muslo, el brasier dejaba ver un poco de sus pezones por la transparencias, la parte de abajo era un sexy cachetero, el cual se le metía entre sus bien desarrolladas nalgas de forma deliciosa, todo esto con unas zapatillas abiertas también en color dorado, Liz conocía a su marido muy bien y sabia como volverlo loco con su forma de vestir tan provocativa, su esposo la había invitado a cenar fuera, pero ella prefirió ...

... quedarse en casa para disfrutar de una velada más íntima y romántica, vio el reloj y ya casi era la hora de la llegada de su esposo, este día sus hijas fueron a quedarse con su abuela materna, así podrían estar solos y disfrutar toda la noche.
el sonido del timbre la sorprendió,  su esposo ya había llegado y corrió contenta a abrir el portón para dejarlo entrar con el auto, por la emoción no noto la ausencia de luces del exterior, al abrir su hermosa sonrisa se borró, al ver como dos sujetos con pasamontañas le apuntaban con una pistola a la cabeza, se quedó congelada en su lugar sin poder hacer nada, este momento de desconcierto fue aprovechado por el de mayor corpulencia (don Vicente) para empujarla hacia al interior de la casa, mientras el otro (Dario) cerraba el portón, don Vicente la llevo hasta la sala y la sentó ahí, le ordeno no gritar o de lo contrario la matarían y a toda su familia, eso la asusto y por ello prefirió quedarse callada, aunque de cualquier forma si lo intentaba tampoco serviría de nada, pues las paredes de la casa eran a prueba de sonido y no dejaban salir ningún ruido del interior, debía ser paciente y mantener la calma, tal vez si se portaba bien ellos, en muy poco tiempo se terminaría todo, de lo que no se percató nuestra hermosa y sensual ama de casa, fue de la mirada lujuriosa de uno de sus captores.
 Dario se quedó afuera esperando la llegada del esposo y don Vicente cuidaba a Liz en el interior, este no dejaba de mirarla con malsano deseo, la ...