en el bar - Relatos Eróticos

en el bar

... excitación, continúe chupando y lamiendo sus ricos pezones mientras ella no entendía que estaba pasando y sobre todo quien le provocaba todas esas sensaciones, su visión era muy borrosa y estaba muy mareada para poder identificar a alguien, con aquellas caricias pude arrancarle un par de ricos gemidos, continúe bajando y bese su estómago y vientre, sus torpes manos intentaron detener mi avance pero no pudieron y enterré mi rostro entre sus piernas, hice a una lado su calzoncito y mi lengua se apodero de su clítoris y jugo con él, aquello la hizo estremecerse de gusto, recorrí cada parte de su entrepierna con mi lengua, se estaba volviendo loca del placer experimentado, al verla así mi pene comenzó a reaccionar de nuevo, por lo cual se me ocurrió hacer un 69, me levante y me puse encima de ella, deje mi pene muy cerca de su boca, mientras me apoderaba de su clítoris con mi lengua y continúe atacando sin ninguna tregua, arqueaba su espalda por el placer, mis dedos rozaban cada uno de sus pliegues, por momentos sus labios rosaban la punta de mi pene, causándome unas ganas locas de meterlo a la fuerza, pero eso no fue necesario, después de varios roces ella abrió su boca y lo dejo entrar, empezando a chupármela de una forma deliciosa, a pesar de su torpeza lo hacía muy bien, movía su lengua y jugaba con todo mi pene, se lo metía lo más profundo posible, me excitaba mucho haber conseguido esa reaccionar en ella y para demostrárselo metí un par de mis dedos en su vagina y realice ...

... algunos movimientos rápidos mientras seguía lamiendo su clítoris, a partir de eso pude sentir como ella se comportó como una gata en celo, metía mi pene hasta el fondo de su garganta, así mientras violaba su exquisita boca mi lengua la hacía vibrar de placer, con uno de mis dedos acaricie su pequeño ano y como estaba muy lubricada su vagina pude meterlo con cierta facilidad, aunque intento apartarme no me alcanzaba, solo me daba un par de palmadas en la espalda, continúe moviendo mi cadera y mi pene entraba hasta el fondo de su boca, mi lengua la llevo a experimentar un intenso orgasmo ,dejando de darle importancia a la invasión de mi dedo en su ano, aun jadeando por el éxtasis experimentado, la voltee y la tome por la cintura para colocarla con las caderas bien levantadas, al fin tenía su rico trasero a mi disposición, ese mismo con el cual me masturbe incontables ocasiones, hoy estaba listo para recibirme, ahí estaba esperándome para usarlo como se me diera la regalada gana, moví su calzoncito y apunte hacia a su estrecho ano, poco a poco se lo fu metiendo, Estefany no opuso mucha resistencia, la tome de la cintura y ahora si tenía el control de su rica cola, moví mis caderas y mis penetraciones se hicieron cada vez más violentas mientras ella no dejaba de jadear muy excitada, su ano también era muy estrecho, pero yo tenía la ventaja de ya haberme venido una vez, ahora duraría más tiempo y me desquitaría para cogérmela durante un buen rato, Estefany estaba muy excitada y en ...