42.1 Los problemas de Rayhan
Fecha: 04/12/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... acuerdo estaré ahí como dices. –me dio los datos donde debía dirigirme.
El padre de Ray lo había escuchado todo, o al menos lo más necesario, le pedí su número de móvil para ponerme en contacto con él cuando supiera algo y que estuviera tranquilo, todo se arreglaría o eso era lo que yo pensaba.
Llamé a la fábrica para decirle a André que tenía un problema y llegaría tarde o quizá no lo hiciera, le dejé el recado a Elie, él se encontraba en plena vorágine de trabajo. Tomé un taxi para ir al encuentro de Faustin, podía haber ido andando, pero la impaciencia no me dejaba vivir.
Al parecer el amigo Faustin no era un cualquiera, tuve que pasar el control de varios secretarios antes de me dejaran en una sala esperando, el tiempo transcurría y me frotaba las manos, nervioso, inquietud que se iban incrementando según pasaban los minutos.
Cuando pensaba que se habían olvidado de mí, abrió una de las puertas una muchacha relativamente joven y guapa, vestida de traje negro y me pidió que la siguiera.
En la siguiente puerta que abrió y detrás de una mesa impresionante se encontraba Faustin, se levantó y vino hacia nosotros, me estrechó la mano como si fuera un conocido importante y la chica cerró la puerta tras ella dejándonos solos.
—¿O sea, ese agresor de la autoridad y destructor de bienes públicos es amigo tuyo? Tienes amistades mal influenciadas amigo Daniel, tu amigo se encuentra en una situación complicada, delicada diría yo.
—Es un chico incapaz de hacer ...
... daño y no creo que lo haya causado, para nada. –se sonríe y avanza hacia la mesa, abre una capeta que tiene depositada en ella.
—Mira, echa un vistazo y dime si es este el angelito que buscamos. –en efecto hay varias fotografías que muestran a Ray con una barra de hierro o madera en sus manos, se sostiene en ella manteniéndola apoyada en el suelo.
—¿Esto no prueba nada? —no se le ve en actitud violenta dañando bienes o agrediendo a los gendarmes.
—Eso depende del informe que acompañe a las fotografías y otras que hay y se pueden acompañar de los daños causados esa noche. –deja la carpeta sobre la mesa y se vuelve hacia mí, alarga su mano y acaricia mi barbilla, simplemente pasando uno de sus dedos por ella.
—También pudo ocurrir que fueran otras personas y él estuviera allí de paso, claro que sería difícil de explicar cómo ha sufrido las heridas que tiene, pero todo puede haber sido un error como sucede otras veces. –me mira con una sonrisa perversa en sus labios.
—No sé cuál es la versión que te parece más justa, está en tus manos que sea una u otra. –se sienta en el borde de la mesa y se cruza de brazos.
—¿Qué es lo quieres? —mis palabras salen sin fuerza de mi boca.
—Nada, nada, yo no quiero nada, hago mi trabajo como es justo y luego tú puedes hacer lo que sabes qué deseo de ti, si estás de acuerdo tu amigo se podrá marchar a casa esta tarde, sin cargos porque no ha hecho algo punible. –espera mi respuesta que no llega, me siento humillado, degradado en ...