Aquel lavabo...
Fecha: 04/12/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... asintiendo, levanté mi mano…, pero como que no sabía que hacer; dejé mi mano levantada… y el chico se dio cuenta de que yo no sabía gran cosa, así que, me agarró mi mano y me la puso en su polla. Vaya…, que tacto suave de piel, pero es como coger una morcilla ancha y tiesa como un palo, y caliente caliente. - Ahora, sube y baja…, así …, me dijo, mientras me enseñaba a pajearlo. Me agarraba mi mano con su mano y así subía y bajaba mi mano por el tronco de su pene. Este chico más espabilado estaba disfrutando mientras yo le pajeaba la polla. Los otros dos chicos reían y pedían su turno también. Tras un rato pajeando la primera polla, el chico al que pajeaba me dio permiso para agarrar las otras dos pollas tiesas también, y sus dueños recibieron ese permiso con gran alegría. Yo sonreía nervioso y agarraba el segundo pene, y ya pajeaba como lo había hecho con el primero…, y luego el tercero. Tras un rato, volví al primer pene, que debía ser del chico más lanzado y, como jefecillo del grupito de tres. Volví a pajearle un ratito, pero advertí que tenía que subirme al pasillo de mi clase, que no podía estar ahí. Ellos lo entendieron y me despidieron: “Adiós campeón. A ver si vienes otra vez por aquí”. Yo subía las escaleras para acceder a mi clase bastante nervioso y colorado. Ya no era haber visto unos sexos a distancia, sino que los había tenido en mi propia mano. No se me quitaba de la cabeza. Un par de días después, en la pausa de la comida (entonces, acababan las clases a la ...
... 1, y comenzaban a las 3 de la tarde otra vez, tras la comida), en el patio se mezclan chicos de distintas clases y distintas edades. Y me encontré con el chico al que había pajeado primero, el chico más espabilado, que me saludó cordialmente, para decirme en privado si me había gustado lo que había visto el otro día. Contesté afirmativamente con la cabeza sonriendo. Me decía este chico que si quería, podíamos ir los dos solos al lavabo cuando quisiera…, y mirando alrededor, siguió hablándome: - ¿Quieres ahora mismo?. Ahora tenemos mucho tiempo, y mejor solos, ¿no? Puse cara de no importarme. Todavía teníamos mucho tiempo antes de empezar las clases de por la tarde. Así que, fuimos los dos al lavabo…, pero esta vez, pasamos de largo de los urinarios y nos metimos en un retrete, en un wáter, en un inodoro. Había varios cuartillos donde estaban los inodoros para hacer “algo” más que mear, como en todos los lavabos, donde hay urinarios e inodoros. En el wáter estaríamos más tranquilos. De todas formas, me advertía que no habláramos o que habláramos bajito, no vaya a ser que alguien nos oyese desde fuera. Entonces empezó a quitarse la ropa: se aflojó el cinturón, se bajó los pantalones y los calzoncillos, y ahí estaba yo viendo ahora todos sus órganos sexuales, porque el otro día solo veía el pene erecto saliendo del pantalón. Ahora veía su culo su polla (todavía flácida), sus testículos, todo…. , y todo lo tenía grande. Qué tiempos, cuando nadie se depilaba, jaja. Sus piernas ...