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La nieta del jardinero
Fecha: 04/12/2018, Categorías: Fetichismo Autor: Caballeroazul, Fuente: CuentoRelatos
... casa adinerada en donde conoció y se enamoró de Miguel, el hijo de los patrones con quien acabó acostándose creyendo que acabarían casándose; pero, que más bien fue despedida en cuanto los padres del muchacho se enteraron de lo que hacían por las noches. Me confesó que aún lo recordaba y que extrañaba las "cosas" que hacían juntos; pero, que ya no lo amaba. La confesión tan íntima de aquella guapa veinteañera me dejó excitado y al parecer a ella también, pues, se arriesgó a preguntarme que tal me iba con mi esposa, pues, ella la veía muy bonita; pero, a la vez muy recatada –"Por ejemplo, ¿se la sabe chupar?"- me preguntó y yo mentí diciéndole que habían "cositas" que no le gustaba hacérmelas porque decía que eran costumbres de mujerzuela –"Que tonta –añadió- yo le haría de todo a mi hombre"- y yo pregunté –"¿Y, si ese hombre fuese yo?"-; y me respondió sonriéndome –"Con mayor razón, usted es muy guapo". Sus palabras fueron música a mis oídos y le confesé que ella también me gustaba y dijo "Se nota, porque desde que me vio las piernas se le paró el aparato" y diciendo esto gateo hasta donde estaba de pie y bajó mi pantalón deportivo dejando libre mi polla y comentó –"guauuu y la tiene preciosa grande y gruesota como me las recomendaron"- su comentario me causo gracia y mientras me la acariciaba le pregunté –"¿Cómo la de tu Miguel?"- y mirándome a los ojos respondió muy segura –"Ese cojudo en vez de pinga tenía un chisito"-. Dicho esto me la engulló hasta donde pudo y me dio ...
... una mamada de verga digna de una profesional. La chica sabía lo suyo me la lamió con maestría y me chupó hasta los huevos lográndome que descargase en su boquita varios chorros de leche caliente que tragó muy satisfecha sin dejar que se perdiese ni una sola gota. –"¿Te gustó?"-. La levanté y la besé con mucha arrechura y con ganas de continuar; pero, ella me detuvo y me hizo ver que era muy arriesgado y que no debíamos despertar sospechas. Desde aquella noche no pude dejar de pensar en Denisse y en cuanto mi mujer fue a visitar a sus padres, envié a su abuelo a hacer compras de fertilizantes asegurándome que se mantendría ocupado algunas horas y nosotros aprovechásemos para terminar lo que dejamos pendiente días atrás. Denisse llegó como a las 10.30 de la mañana y para la ocasión se había puesto una blusita de hilo blanco que permitía ver su brazier azul y un blue jean apretado que le dibujaban esas fuertotas caderas con las que la naturaleza la había dotado. Me saludo con un beso largo y apasionado y entreabrió sus labios para dejar a nuestras lenguas jugar entre sí. Me rodeaba con sus brazos por el cuello y yo con los míos por su cintura y sentí su perfume de mujer en arrecha elevarse desde su intimidad hasta mi nariz y me sentí un macho hambriento de sexo, desprovisto de cualquier remordimiento y sólo pensé en satisfacer mis deseos con aquél cuerpo de mujer casi diez años menor que yo. Me senté en el sofá de mi sala y la acomode sobre mí y continuamos besándonos en ...