En la consulta de Urología
Fecha: 07/08/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... en el baño de al lado gimiendo también. La doctora debía haber hecho maravillas con el porque también estaba masturbándose.
Tras limpiarme y lavarme las manos, pedí cita para los análisis en el mostrador de información. Me dieron para dos días después y cita con la doctora justo en tres semanas.
Durante las tres semanas que siguieron hasta la cita, no volví a tener una erección. Tuve algún sueño erótico eso si, donde alguna mujer en bikini me perseguía por la playa queriendo tener sexo, pero ni con eso conseguí empalmarme.
Llegó el día de la cita y vi que no quedaba nadie ya en la sala de espera. Debía ser el último.
-Manuel, pasa, me dijo la doctora abriendo la puerta de la consulta.
Me senté y me explicó los resultados de los análisis.
-Por el momento los resultados del PSA son buenos no debes preocuparte, todo está bien, pero seguiremos revisándote. ¿Y en cuanto a tus erecciones, que tal van?
-No he vuelto a tener doctora, desde el otro día.
-Es curioso. ¿Ni siquiera en sueños?
-No. Tampoco.
La doctora se levantó y se fue hasta la puerta donde volvió a echar el pestillo.
Volvió tras la mesa y se quitó la bata.
-Quiero comprobar algo, me dijo.
Se bajó la falda y se quitó la blusa, quedándose en sujetador y bragas.
Yo me quedé mirándola sin saber de qué iba la cosa, si era una tomadura de pelo, una cámara oculta o qué.
Entonces se quitó el sujetador dejándolo sobre su silla y se bajó las bragas. Estaba desnuda frente a mi. Tenía ...
... unos pechos preciosos, grandes, no demasiado. No pude evitar fijarme en su pubis que llevaba depilado salvo por una línea justo en el centro. Debía tener unos 30 años y estaba buenísima.
Para entonces yo ya estaba empalmado y ella se dio cuenta por supuesto.
-Ahora vamos a probar que tu falta de erección es psicológica, veo que estas erecto ahora. Vamos, vas a follarme.
No podía creer lo que estaba oyendo. La doctora estaba desnuda frente a mi y quería que me la follara, sin más, solo para ver que mis problemas de erección eran psicológicos.
-No puedo creer lo que me está pidiendo, le dije.
-Soy tu médico y estoy aquí para ayudarte. Debes hacer lo que te digo.
Me acerqué tímido a ella. ¿Se follaría a todos sus pacientes? pensé.
Sacó un preservativo del cajón de su mesa. Yo me bajé los pantalones y me quedé desnudo de cintura para abajo mientras no dejaba de mirar sus tetas.
-La camisa también, me dijo.
Ya desnudos los dos, ella me puso en condón y se tumbó en la camilla abriéndose de piernas.
-Vamos, no seas tímido.
Me subí a la camilla, mi polla me iba a estallar por la erección que tenía y por el condón apretándome.
Se la metí despacio, saboreando la sensación que casi ya no recordaba. Justo cuando estaba dentro de ella tocaron a la puerta.
-¡Elena, nos vamos a comer! Debía ser otro médico.
-Estoy terminando con un paciente. Voy en un rato.
-Te esperamos donde siempre.
Oí cómo los pasos se alejaban.
-Vamos machote, me animó. ...