1. Mi sobrina Verónica (Capítulo 2)


    Fecha: 07/08/2017, Categorías: Gays Autor: andrewotero, Fuente: CuentoRelatos

    ... que estés mejor, y luego vamos a tu casa, le propuse, a lo que ella aceptó.
    
    Mientras íbamos al coche, yo la abrazaba por los hombros con una mano y con la otra le tenía de su mano, intentando entrelazar sus dedos con los míos, ella no me dejaba hacer esto, lo cual me extrañó. Pero de igual manera íbamos conversando y me contaba que el patán aquel, la había ilusionado y finalmente le había terminado diciendo que él no se sentía preparado para una relación, cuando ella estaba pensando otra cosa. Resulta que él había estado jugando a dos vías y la que le resultara por ahí se iría, es decir estaba calentando las orejas a otra muchacha a la vez, la cual ya había caído y pues, tenía que deshacerse de la otra, en este caso de Verónica.
    
    Ya en el coche, ella ocupó el puesto del acompañante y yo subí para manejar el coche, ella me pidió quedarnos ahí un momento, a lo cual yo accedí. Recién ahí empezaba a contemplar cómo estaba vestida, vestía una blusa de seda de color café claro, muy bonita, sin mangas, tan delicada que me había permitido sentir sus carnes mientras la abrazaba por la cintura a lo que nos dirigíamos al coche. Llevaba un pantalón azul de mezclilla apretado al cuerpo, el que resaltaba su perfecta figura, unos zapatos de taco alto, que la hacían ver más alta de lo normal. Su cabellera, iba recogida con una media cola. La verdad estaba muy bonita, a pesar de que su rostro estaba demacrado por el llanto.
    
    Sentirme en esa posición de protector y consolador de esa ...
    ... hermosa mujer, sin querer, provocaba en mí también algo que quería ocultar, una erección, que me costaba disimular. Mucho más cuando le puse mi mano en su pierna a modo de consolarla, y sin darme cuenta se la acariciaba su entrepierna.
    
    Conversábamos un poco y yo trataba de consolarla, y hacerla sentir mejor, le hacía bromas que en principio no le causaban gracia y luego ya se reía con confianza. Poco a poco empezaba a contarme las cosas que le pasaban en su vida, en la Universidad, y yo le prestaba atención, la atención que ella necesitaba.
    
    Le decía que la quería mucho, y la abracé diciéndole cuanto me dolía verla así. Ella se iba calmando hasta que por fin dejo de gimotear, y se le había pasado todo, le dije si quería que le invité algo, un agua o un helado, a lo que ella me contestó que prefería un helado, así que le acomodé un poco el cabello con mis dedos, y nos fuimos a comprar un helado en otro lugar.
    
    Mientras íbamos por el helado, ya la sentía mucho mejor, incluso más alegre.
    
    —Ojalá todos los hombres fueran como tú, me decía
    
    —Imposible, como yo solo hay uno, le contesté
    
    —Es una lástima, alguien como tú sería el hombre perfecto para mí, me dijo mientras me sonreía pícaramente.
    
    —Ay bonita, si yo fuera más joven, y tú no fueras mi sobrina, tú ya serías mi novia, le dije
    
    —Ja ja ja, se reía tratando de disimular su evidente sonrojamiento.
    
    Seguimos conversando de cosas triviales, que para ella eran muy importantes, pero que yo atendía con muchas ...