1. Mi venganza (5): Final


    Fecha: 08/12/2018, Categorías: Incesto Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... parte para hincharlo de una longitud de unos 20 cm., que fue metiendo en su lubricado coño, ayudándose de un palito empujador, hasta que solamente quedó fuera la parte para hincharlo.
    
    Entonces, tomó los labios del coño, los emparejó por el borde y tomó un pellizco justo bajo el clítoris sobresaliente.
    
    Mientras lo sujetaba con una mano, tomó la aguja con la otra y la clavó por un lado, sin prisa, hasta que salió por el otro, entonces, tomó el alambre, encajó la punta que había dejado lisa en el hueco delantero de la aguja y procedió a moverla hacia atrás, al tiempo que metía el alambre en sustitución. Cuando el alambre salió por el otro lado, tiró de él hasta que la T hizo tope y no pudo meter más.
    
    Los puños apretados, marcando los nudillos blancos eran señal de que le estaba causando dolor.
    
    A continuación, repitió la escena como cosa de un centímetro escaso más abajo, volviendo a meter la punta y pasando todo el alambre de nuevo, ajustando bien.
    
    Repitió una tercera vez, creando una especie de apretada costura en forma de muelle.
    
    Para la cuarta vez, colocó él tuvo de hinchar pegado a la tercera, y, si anteriormente había estado clavando la aguja de derecha a izquierda, esta vez lo hizo de izquierda a derecha, dejando una separación ajustada al tubo.
    
    Siguió cosiendo hasta que ya no pudo más, y con la punta sobrante la metió por entre los labios hasta la parte superior, donde dobló la punta y cortó el resto.
    
    Volvió a pulverizar líquido y limpiar ...
    ... con unos algodones. Se metió el clítoris en la boca, lo chupó y lamió un momento. Seguidamente, procedió a hinchar el globo hasta que la tensión de los alambres amenazaba con rasgar la carne, Momento en el que puso una pinza de presión para que no se saliese el aire.
    
    Entonces se quitó la bata tranquilamente, y procedió a desnudarse, dejando la ropa cuidadosamente plegada sobre la silla. Cuando terminó, retiró la bola de la boca y volvió a situarse entre sus piernas.
    
    A todo esto, yo me había corrido una vez en el coño de Habiba y ella no sé cuantas más, pero seguía con su trabajo y yo totalmente empalmado.
    
    En la pantalla se oía despacito la voz llorosa de ella:
    
    -Por favor, no más. No más, por favor.
    
    Él se escupió en la punta de su polla, se la enfiló al culo y de un solo empujón le metió la mitad.
    
    -AAAAYYYYY –Fue el alarido de ella al sentir la entrada.
    
    -No, por favor, me matas. No, no. Me duele todo. Me estás deshaciendo.
    
    Él, sin hacer caso, continuó metiéndole polla hasta que la tuvo toda dentro, comenzando a moverse lentamente entrando y saliendo, al mismo tiempo que movía el clítoris en círculos, cogido con las yemas de todos los dedos de la mano juntas, como si se tratase del joystick de un ordenador.
    
    -FFFFF –Resoplaba el tipo. El gusto debía ser tremendo, a la estrechez natural del ano (aunque ya lo tuviese muy dilatado) se añadía la presión interna originada por el globo.
    
    -Por favor, no más, me está deshaciendo el coño. Me duele mucho. ...