Por el momento - VI (El encuentro) Final
Fecha: 09/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
Toño, me dejó en casa y se despidió de mi. Tenía que reunirse con su familia en Oliva.
Así que, decidí meterme en la cama.
Al día siguiente, me quedé en casa; no quería ver a nadie. Necesitaba descansar de tanto folletéo.
Y como, me encanta la cocina; después de meter unas patatas en el microondas, me puse a preparar todo lo necesario para hacerme una lasaña de espinacas.
No pienso daros la receta.
También aproveché para ordenar un poco la casa.
Y, luego, mientras se hacía la carne, entré a mirar mi correo y conecté mi Ipad a Soma. Casi siempre escucho Groove Salad...
Por supuesto, que tenía que entrar en la cocina con frecuencia, para controlar el tema. Y, a eso de las 11:30, lo digo porque mire el reloj, oí el ruido que hace una persiana vieja cuando se sube o se baja, en el patio interior. Naturalmente, miré por la ventana instintivamente…
... Y, descubrí a un vecinito, que acababa de levantarse y en calzoncillos empezaba a hacer sus ejercicios, tranquilamente; con la ventana abierta de para en par.
Me quedé parado, sin poder dejar de mirar al chiquillo, porque no sé si llegaría a los dieciocho años. ¡Que bonito!
Me di una pequeña bofetada en la cara y me dije: tu a lo tuyo ¡coño!, y deja ya de mirar… ¡joder!
Preparé la fuente de cristal en la que siempre horneo las lasañas y después de cubrirla bien con margarina, empecé a colocar algunas hojas de lasaña. Todavía quería que la carne se hiciera un poco más, así que, volví a salir de la ...
... cocina...
…pero, no podía sacarme de la cabeza la imagen del vecinito, haciendo sus ejercicios, en calzoncillos; y cedí a la tentación de volver a la cocina a mirar otra vez.
La lasaña, siempre me sale exquisita, así que, ya está todo dicho. Comí y me tumbé en el sofá a ver el primer episodio de “Los Medici, señores de Florencia”; y, cuando me desperté, me di una buena ducha y salí a pasear.
Abajo, antes de salir del portal, me abordó un tío, muy aparente, que me pidió disculpas por el comportamiento de su mujer el día anterior…
- No sé a que te refieres, le contesté, haciéndome el tonto
- ¡Si!... Esos golpes en el techo con el cepillo de barrer y esas voces que tanto le gusta dar a mi mujer. No le hagas caso ¡por favor!… es que tiene una ansiedad tremenda desde que dio a luz a nuestro tercer hijo.
Seguí haciéndome el tonto y quitándole importancia al hecho; más que nada, porque el tío estaba empezando a gustarme un montón.
Era el vecino de abajo. El marido de la loquita que nos había llamado maricones y que nos cortó el rollo. La de “que es la hora de la siesta ¡coño!”…
- ¡Ah, si!, ya sé, no te preocupes... Y, disculpanos. Es que, vinieron unos amigos y, ya sabes, cuando tienes visita, siempre hay un poco de más jaleo. Y, además, era la hora de la siesta. No pasa nada ¡de verdad!.
¡Por cierto!, me llamo Jose; y le alargué la mano.
- ¡Encantado!... Paulino
¡Fffffffffff!, que tronco más potente (pensé). Tenía cara de no haber roto un plato en su ...