Por el momento - VI (El encuentro) Final
Fecha: 09/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... respirar. Pero, me gustaba sentirle en mi boca… la tibieza de sus mejillas… esa naricilla; tan chiquita y resuelta... Y esos ventanales para mirarse y perderse sin retorno posible.
¡No, Señor!. Otra vez, no…
- No tienes hambre ¿de verdad?
Le miré con el alma... Y, solo podía entregarme
- ¿Tienes hambre?
- Un poquito; y, volvió a abrir esa sonrisa
- Pues venga ¡al ataque!; y, le cogí en brazos y me lo llevé a la cocina.
-¡Lasaña de espinacas!... ¿te gusta?
- ¡Me encanta!… ¡como tú!
Le miré y…
- Vamos a cenar ¿vale?... Después estoy contigo.
Y como todavía me quedaba jamón; pues, partí un poquito y saqué unas cervezas.
Continuamos, charlando, de todo un poco…
... Pero, no podía seguir muy bien el tema de conversación, porque estaba luchando contra ese sentimiento que anidaba en mi y que tan feliz me hacía. No obstante, ver a Chema tan animado... Y, tan contento, me daba mucha energía.
Tenía un verdadero bombón en mi casa; y, yo, estaba dispuesto a empacharme otra vez… ¡ya lo creo!
Nuestros ojos no paraban de trabajar, y en cuanto terminamos de cenar, se aliaron con todo nuestro ser y comenzamos a disfrutarnos mutuamente.
Mientras le besaba, con ternura, iba ...
... desnudando su cuerpo, que parecía esculpido por un artista de la Grecia clásica…. Y, al tener ese culazo que, ahora era mío, entre mis manos, lo tumbe boca abajo, para volver a saborearlo... Y, tras minutos de deleite, me acurruqué y le cedí todo el protagonismo; necesitaba saber que sentía él.
Pasamos algunos minutos en silencio pero, poco a poco, empecé a sentir su calor y sus caricias... Y, palabras, que hace mucho tiempo que no oía.
- No te escapes... ¡te adoro!…
Me mordía la oreja mientras me hablaba quedamente
- Soy tuyo… ¿no lo sientes?
No me atrevía a enderezarme... Y cada vez en acurrucaba más
- Quiero que me folles toda la noche.
Moví mi cabeza y le miré a los ojos
- ¿Me regalas el culo?
- Ya no es mio. Es tuyo
Me di la vuelta y le abracé. Le lamí la cara. Le pedí su lengua... Y, estuve comiendo de su boca mucho tiempo. Pero mis manos, independientes, no dejaban de buscar en su cuerpo cualquier rincón que pudiera estar oculto.
Me gustaba tocarle el culo… me encantaba sentir su redondez y su dureza; y, sobretodo, saber que era mio.
Ahora era mio…
Al día siguiente estuvimos en clausura... Metidos el uno en el otro... Todo el día… tomando posesión de lo encontrado… creciendo.