Deseos y realidades 2 - Relatos Eróticos

Deseos y realidades 2

... me entregue a Luis completamente, sintiendo sus caderas estrellarse contra mis nalgas debajo del agua hasta sentirlo acelerar sus embestidas y correrse dentro de mi al mismo tiempo que con solo tocarme me corría yo tambien, terminando ambos en un abrazo.
Para mi sorpresa me di cuanta que había perdido mi tanga en el mar, en vano tratamos de encontrarla sin éxito alguno, resignado pero todavía con mi libido por los cielos, le dije a Luis que saliera primero del agua que yo lo haría después de lavarme un poco y completo inhibido sali del agua desnudo, mostrándole mi cuerpo con orgullo al dueño del chiringito, demostrandome que soy un exhibicionista.
Luis se corto un poco con mi "descaro" pero le dije que no se preocupara, me acosté boca abajo y le pedi que me pusiera aceite bronceador en la espalda y en mis redondas nalgas, todavía incomodo lo hizo y tomamos el sol, al rato pude notar que el bulto de su calsonsilllo empezo a crecer mientras me miraba la cola, sin aguantarme un minuto le pregunte si quería metérmela otra vez, nos fuimos cerca a un extremo de la playa y poniéndome en cuatro sobre la arena, levante mi cola y le ofrecí mis nalgas con orgullo, sin esperar un minuto se arrodillo entre mis ...

... piernas y me metió su polla entre las nalgas que ya lubricadas con el aceite, se abrieron incitadoras, enseguida sentí su verga entrar dentro de mi y prosiguió hasta sentir su caderas estrellarse contra mis nalgas haciendo un ruido delicioso, yo me sentia como una perra en celo, recibe sus embates al mismo tiempo que arremetía mis nalgas al encuentro con su piston de carne y me entregue  a el sin reparo alguno, queriendo satisfacerlo al máximo con mis nalgas, Luis estaba tan exitado que después de unas embestidas fuertes y profundas, lo sentí correrse dentro de mi y tan pronto me saco su miembro sentí su semen correrme por las piernas, extenuado se tiro sobre mi, sintiendo todo su cuerpo sobre mi, mientras veía al dueño del chiringito mirándonos a corta distancia, no me importo, por el contrario estaba dichoso que nos hubiera visto una vez mas,  sin poder controlarme y agradecido le dije a Luis que lo quería, el enseguida se acostó a mi lado diciéndome que a el solo le gustan las chicas, poniéndome muy triste pero le dije que entendía y respetaba su opinion.
En ese momento me di cuanta que aceptaría lo que quisiera darme, sumisa y pasivamente, con tal de sentirlo entre mis nalgas las veces que el quisiera