Laura
Fecha: 12/12/2018,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pudo más y dio un nuevo grito de placer.
Pili reincorporó a Laura, terminó de secarle el pelo y peinarla.
Cuando Laura se bajó del sillón Pili se afanó en barrer el pelo de Laura, pasó una toalla por el asiento y me indicó que era mi turno.
¿Qué hacemos contigo?, me preguntó Pili.
La verdad es que no sabía que contestar y, aunque hubiera sabido, estaba tan excitada en ese momento que no sabía articular palabra.
Pili me acopló en el lavabo, soltó la pinza con la que tenía sujeto el pelo y puso mi larga melena negra en el interior del lavabo.
Caray Laura dijo Pili, no me habías dicho que tu amiga tuviera este pelo tan largo; que gozada.
Mientras Pili me lavaba la cabeza, comencé a entender por qué Laura se excitó tanto. El masaje de Pili era sumamente sensual y placentero, a mí me comenzó a latir el corazón a toda prisa y la entrepierna se me terminó de humedecer.
El tiempo pasó deprisa y, cuando me quise dar cuenta Pili ya me había reincorporado, me estaba rodeando el cuello con la capa de corte y estaba en el tocador recogiendo las pinzas, el peine y las tijeras que guardó en el bolsillo de su bata, que continuaba abierta.
Entonces qué, ¿te animas a un corte como el de Laura?, o quieres algo diferente.
Normalmente sólo me corto las puntas le dije, pero esta vez creo que me animaré y dejaré que me desfiles en capas la parte de adelante y que me cortes cinco o seis dedos de largo por detrás.
¿Y de lo demás?.
De lo demás ya hablaremos llegado ...
... el momento, le respondí.
Bueno, manos a la obra.
En un abrir y cerrar de ojos Pili ya me había puesto todo el pelo delante de mis ojos y ella estaba plantada de pie delante de mí, entre mis piernas, con la bata abierta, enseñándome sus pechos erizados y su bonito pubis depilado. Para entonces Pili ya tenía las piernas un poco separadas lo que interpreté como señal de excitación.
Con dos dedos colocados en mis sienes me hizo bajar la cabeza y cogiendo las tijeras doradas fue a cortar. Le separé la mano y le dije que tuviera cuidado, que prefería venir más a menudo a que me dejara muy corto el pelo y tardar más en volver. Me dijo que no me preocupara y cortó un gran mechón central a la altura de mis ojos.
En ese instante sentí un escalofrío de placer como nunca había experimentado antes.
Al primer tijeretazo le siguieron otro y otro más. Laura parecía tomárselo con calma para disfrutar más plenamente.
Cuando Pili iba terminando de despejarme el pelo de la cara que pude verla completamente excitada frente a mí y vi en el espejo como Laura, que se acariciaba su recién depilado sexo mientras miraba cómo Pili se aplicaba a fondo con mi pelo. He de reconocer que me gustó saber que ambas se excitaban conmigo.
Todo el suelo delante del sillón estaba lleno de mechones largos que Pili había cortado.
Luego Pili se colocó a mi espalda y separó el pelo de la parte de atrás en capas que recogió en pequeños moños retorcidos encima de mi cabeza sujetándolos con varias ...