-
Laura
Fecha: 12/12/2018, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... monte de Venus hasta dejarme una pequeña banda central de pelo de un dedo de ancho y unos tres centímetros de largo. Hecho esto, me enjabonó la zona perineal y metiéndome sus dedos en el sexo me afeitó completamente los labios externos. Estaba tan húmeda que los dedos de Pili salían mojados con mis flujos espesos. Terminado el afeitado Pili me aclaró con agua fría nuevamente la zona y me dijo que puede que me escociera un poco en los próximos días pero que me aplicara aceite de niño pequeño y que se pasaría. Cogió el bote de aceite de almendras del tocador, se untó las manos y comenzó a masajearme la zona afeitada. Nuevamente me excité y gemí de placer. Creo que, como es la primera vez te has quedado a medias, me dijo Pili, pero todo tiene remedio y, abriendo un cajón del anaquel del lavabo extrajo un pequeño consolador eléctrico, lo untó de aceite y comenzó a metérmelo y sacármelo. Pude ver a Laura reclinada hacia atrás en el sofá del fondo metiéndose los dedos y retorciéndose de placer mientras que Pili se afanaba en meterme y sacarme ...
... el consolador. Pili hizo una seña a Laura y se acercó al sillón y le cogió el consolador a Pili. Pararon un momento, pusieron el sillón en posición normal, Laura se sentó frente a mí en la banqueta de ruedas y mientras Pili terminaba de peinarme, Laura puso en marcha el consolador y terminó la tarea que había comenzado Pili. Pili terminó de peinarme, había quedado francamente bien, esta nueva imagen me gustaba. Seguidamente me puso un espejo delante del pubis en el que pude ver mi sexo desprovisto de pelo en el que se apreciaban con claridad unos labios carnosos que ignoraba tener. Para cuando todo terminó, miré el reloj y eran poco más de las siete de la tarde. Laura y yo nos vestimos y pagamos a Pili quien se despidió de nosotras deseando vernos pronto. Laura estaba espléndida con su nuevo peinado, a mi me había gustado un montón la experiencia y Pili había disfrutado de lo lindo. Durante el viaje de vuelta a casa Laura y yo no cruzamos palabra, sólo al final, cuando nos despedimos, le dije que tenía razón y que esperaba poder repetir.