1. Alicia 10/25


    Fecha: 13/12/2018, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    Pasado un tiempo indefinido que debería ser el resto de la mañana, vino Mary a la oficina para llamarme a comer, asiento con la cabeza pero sus pies siguen en el umbral de la puerta; presiento que quiere hablarme a solas por lo que la tomo del brazo y hago entrar. Le agradezco que haya sido tan comprensiva de nuestras situaciones caseras y reafirmo mis palabras con un beso que me pareció bastante dulce. Estas acciones derrumbaron las barreras que la chica traía y me dijo, (otra vez usando ese tono confidencial) que ella no era una cualquiera, que había tenido muchas experiencias eróticas pero sin llegar a la consumación, que era una virgen aparentando mucho mundo y experiencia, pero que temblaba al imaginar algo entrándole. Sus palabras me enternecieron y tuve que obsequiarle otro beso, esta vez tomando dulcemente su cara y permaneciendo con los labios unidos durante más tiempo. Casi volvemos tomados de la mano, entrando al comedor recién aterricé tomando conciencia de que yo me debía a mi bebita, que no podría haber alguien entre nosotros, pero parecía que que no existía tal "entre", era "con" nosotros. Así se palpaba el ambiente durante el almuerzo, no mencionábamos nuestros secretos pero estaban a la vista, no era necesario verbalizarlos, o casi. Mi chiquita quería aparentar que era la gran experta, tal vez sabiendo que la otra no conocía visitantes humanos en sus huecos le contaba muy naturalmente que ella ya podía alojarme en su colita, que su anito lograba ...
    ... distenderse para que penetre la punta de una carne voluminosa. Estas palabras hacían que Mary se moviese nerviosamente en su silla, tal vez su vívida imaginación reproducía cada detalle de aquel relato que sonaba casual, tal vez esa imaginación producía una humedad que buscaba encharcarse en la fría madera del asiento. Pidiéndole que le pase el salero, deslizó como pregunta si se animaba a probar eso, que le ayudaría en cada paso y que no era doloroso en absoluto, contra los chismorreos del cole que lo pintaban feo o un acto penoso. No hubo una respuesta sonora pero ya eran tres pares de ojos que se pasaban mensajes, la mirada de María gritaba un "siiiii" mientras nuestras caras permanecían impasibles. Ya era una integrante del grupo, era lógico sellar el ingreso a la hermandad tomándonos todos de las manos y jurando silenciosamente que lo que sucediese en el círculo, allí debía permanecer. Quedaba establecer el momento y lugar, un relámpago de memorias recientes me hizo proponerles que mejor nos dábamos una ducha antes, sin mencionar que ese preparativo quizás fuese el momento buscado. Muy naturalmente nos encaminamos al lugar, ya no parecía tan amplio el ambiente con tres personas y abrí la canilla para que el vapor fuese acondicionando el clima que viviríamos. El iniciático ritual de desvestirnos, de quedar tres cuerpos en traje de Adán y por primera vez contemplarnos mutuamente la piel quedó en manos de las niñas, sus manos volaban a la ropita de la otra para sacársela primero. ...
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