Alicia 10/25
Fecha: 13/12/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
... rappel colgados de esos hilos de agua que se escurrían invitando a seguirlos. Los dedos entre mojados y jabonosos se metieron en ese surco, en ambos surcos realmente ya que cada mano tenía el suyo y reconocieron cada recoveco, cada pliegue, hasta descansar jadeantes sobre un pozo marroncito. Las nuevas sensaciones despabilaron a las nenas que ya no querían jugar y cada una dirigió una manita hacia el soldado que hacía guardia en posición de firmes. Ese soldadito que no sabía cuál campo de batalla elegir, ese valeroso soldado que estaba por entregar la vida en una guerra que superaba sus capacidades. Me tocaba el turno de ser enjabonado pero las rápidas manitas que me recorrían daban mayor importancia al centro, ese centro que deseaba ser apretado y retorcido de mil formas, ese centro que deseaba morir dentro de otro centro. Alicia quería demostrar de lo que era capaz y se dedicó a enjabonar vigorosamente aquella barra de carne, le ocultaba la coloración dejándolo blanquito por la espuma hasta que se dió vuelta agachándose y tomándose de la amiga para conservar el equilibrio, se afirmaba a esas tetitas como si fuesen manijas mientras meneaba la colita esperando al invasor. Mi enjabonada humanidad se acercaba por detrás deseando zambullirse en ese anito pero debía rendirle pleitesía a todo el surco, no era cuestión de entrar sin llamar a la puerta. La paciencia de mi pequeña no era tan grande y movía el trasero buscando el contacto con su cerrada entrada, pero mi garrote se ...
... dedicó a pasear por sus labiecitos vaginales mientras un dedo hacía sus primeras incursiones, debía agrandar ese pasaje antes de que llegara el visitante gordo. Al apretar con la punta de mi babeante miembro sacó las manos de la anatomía de su amiga y se apoyó en el borde de la bañera. Estaba más bajo ese soporte y al quedar tan agachada parece que destacaba su colita, Mary no quería perderse ese espectáculo y se agachó abrazando la piernita de mi nena, su mano subía despacio buscando tocar ese tajito y llegó a destino juntamente con el invasor que hacía su entrada triunfal por el pequeño orificio. Mi chiquita emitía gorgoritos que acompañaban las sensaciones producidas por los dedos de Mary en su vaginita y las que le producía el imperceptible bombeo que hacía introducir lentamente el tubo del enema. Esto no podía durar mucho antes de reventar dentro de mi nena por lo que me retiré lentamente, ella comprendió la situación y estaba feliz por haber demostrado que podía, que ella ya era un mujer grande. Podríamos haber comentado lo que venía pero nuestras miradas eran más elocuentes, ya sabíamos a quién le tocaría agacharse ahora, quién debería demostrar que estaba a la altura de las circunstancias. La carita de mi ángel era más que un poema, era una sinfonía ante la expectativa de atestiguar desde cerquita la desfloración de su amiga, bien podía aplicarse el término ya que aquella entrada posterior parecía una flor esperando ser polinizada. Tomando amorosamente mi virilidad ...