1. La Lasciva Vida de una Maestra


    Fecha: 16/12/2018, Categorías: Tabú Primera Vez Hardcore, Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... Ana empezó a acentuar con provocativo ritmo el movimiento de sus nalgas, segura de que Ramón no les quitaba la vista. A la mitad de las escaleras, Ana se llevó las manos a la cintura y de un rápido movimiento, se bajó sus leggins, mostrando a Ramón sus desnudas, blancas y deliciosas nalgas.-“¿Lo has extrañado?” Preguntó ella sensualmente.Ramón quedó inmóvil, en silencio. Ana abrió sus nalgas inclinándose hacia enfrente, mostrándole sus íntimos encantos. Ramón sintió aquella ardiente familiaridad al ver el espectáculo. Sin decir palabra alguna, Ramón acercó su cara, le besó, mordisqueó suavemente una de sus nalgas, y empezó a lengüetear su ano mientras rodeaba con su mano su cuerpo y acariciaba su vulva. Ramón empezó a introducir vigorosamente su lengua en la raja de su coño, venciendo con facilidad su resistencia, saboreando y recordando su ligeramente amargo y salado sabor, mientras ella levantó su camiseta y empezó a acariciarse las tetas, retorciéndose de placer. Ana se volteó y se sentó incómodamente en el peldaño, abriendo los muslos lo más que pudo. Ramón retrocedió un poco, se arrodilló más abajo, y empezó a lamerle la vulva, ahora por delante mientras ella empujaba su cabeza y acariciaba su blanca cabellera.–“¡Sabe mejor, huele igual, igual de caliente!” Exclamó Ramón.Ana gemía y jadeaba, claramente se escuchaban las lengüetadas de Ramón en su húmeda intimidad. Finalmente, Ramón se separó. La tomó de la mano y bajaron la escalera, dirigiéndose a la sala de nuevo. ...
    ... Ana se detuvo, se quitó los leggins ajustados y la camiseta, y caminó completamente desnuda al lado de Ramón.– “¡Mmmmh, me muero de ganas de ti!”, exclamó Ana presa de intenso placer.-“Yo también”, contestó Ramón. ”Te cargaría, pero creo que ya no te puedo llevar en brazos… la edad no perdona”, dijo él al tiempo que la abrazaba por el estómago, acariciando sus contundes masas mamarias.Ana se rio, –“¡deja mis lonjas!” le decía, pero Ramón insistente le acariciaba sus excesos y la nalgueaba mientras caminaban, disfrutando las ondulaciones que se formaban al nalguearla.–“¿Cuánto has engordado?” Finalmente preguntó él, siendo una pregunta que no toleraría de su esposo.–“Mmmhh, ¿Serán, unos 8 o 10 kilos?” Contestó. Si Eduardo le hubiera preguntado, seguramente lo bofetearía.–“¡Te sientan a la perfección! Están donde deben estar en una mujer hermosa”, le aseguró el. “lo mejor es tu culo”, agregó.Se sentaron en el sofá y empezaron a acariciarse como en aquellos felices años. Ramón seguía vestido mientras ella acariciaba su abultada entrepierna que se posaba ya en su muslo izquierdo, tratando de adivinar como encontraría aquel bello monstruo que la había llevado a los límites del éxtasis, aquél enorme ejemplar masculino que la deleitó y hasta la asustó. Nunca usaban condón, follaron siempre a pelo, lo que le llevó a abastecerla de litros de esperma en su vagina, culo y boca. Posesionada de Ramón, Ana empezó a desvestirlo. Él se puso de pie frente a ella. Aflojó su cinturón, bajó su ...
«12...181920...68»