Relatos eróticos esposos cómplices cap 133 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 133

... mano bajaba y subía su pellejo a velocidad y desesperado lo chocaba con fuerza contra la pared de la ducha. ( Uff qué dolor sentiría ) Cansado se sentaba y jugaba con su pellejo, arriba abajo hasta qué se le puso más dura, comenzando a gemir hasta qué del huequito de su pene, saltaban chorros de líquido blanco y abandonando su cuerpo, descansaba por un rato para seguir bañándose.

Me quedé impresionada de todo lo qué ví y para mí edad y sin mucha experiencia, era muy chocante.

Pensé tantas cosas en mi cama, ésa cosota soportaba mi mamá ? Ésa cosota es la qué siento en mi trasero ? Ésa cosota querrá meterla en mi vagina ? Qué puedo hacer ? A quien le puedo consultar ? Sí pierde la cabeza y busca otra mujer qué puede ser malá con mis hermanitas ? O si se calienta mucho y viola a una de mis hermanitas ?

Me volvía loca pensando, pero seguían pasando los días y él continuaba pegando su pene en mi trasero.

Cómo no me atrevi a decirle algo tan íntimo y familiar a mis tias, decidí en 15 días hablar con él.

El domingo en la mañana antes de bañarse y mis hermanitas estaban durmiendo toqué su puerta y sentada en su cama.

Yo : Papá, sabes qué todos nosotros nos queremos mucho y haríamos cualquier cosa por ayudarnos.

Papá : Si hijita, yo lo sé, dime en qué te puedo ayudar ?

Yo : No es por mi papá, es por tí. Sé que extrañas a mamá y sé también qué necesitas una mujer, para calmar tus ganas.

Papá : Qué dices hija. No habrá otra mujer entre nosotros.

Yo : Está ...

... bien papá, pero cómo calmaras tus ganas ? Buscarás en la calle ?

Papá : No buscaré a ninguna mujer y tampoco me desespero por calmarme.

Abrazándolo le dije al oído, yo te he visto en tu cuarto y en la ducha y tengo miedo qué te pase algo y tengamos qué quedarnos sólos.

Papá : Hijita, nunca los dejaré sólos.

Yo : Entonces déjame ayudarte, para qué no te vayas a enfermar o vayas a cometer una locura.

Papá : Y cómo piensas ayudarme hijita ?

Yo : Papá soy mujer y puedo servirte en lo qué necesites.

Papá : Eres mi hija, no me nace, hacer algo contigo y no lo podría hacer.

Yo : Papá : Yo sé qué tú me gozas por atrás cuándo viajamos en el bus.

Mi papá me abrazó muy fuerte y dándome un beso.

Papá : No sé qué debo hacer hijita, es cierto que necesito una mujer, pero sería truncar tu vida y si alguien se entera que vergüenza me daría.

Yo : Papá Utilizame cómo quieras y el tiempo qué quieras y el futuro se verá después y habría qué hacerlo con bastante cuidado, por mis hermanitas la familia y los vecinos.

Papá : Muchas gracias hijita, la verdad qué si necesito de tí, empecemos con tu manito y después hay qué cuidarte para qué no salgas embarazada.

Yo : Está bien papá, muchas gracias por permitirme ayudarte.

Nos dimos un abrazo y un beso fuerte en la boca.

Yo : Voy a fijarme qué estén durmiendo, me lavo las manos y regreso.

Cuándo regrese, lo ví desnudo, con los ojos cerrados y el pene bien parado. Era un órgano muy grotesco qué inspiraba ...