1. MI DESTINO CON MI HERMANA


    Fecha: 16/12/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Mellizos LORNA y yo, simpre fuimos dos hermanos muy unidos y compinches en todo. Ella, con una exuberancia física siempre muy superior a la mía, diferenciaba notoriamente nuestro caracter de ser hermanos mellizos, al ser mi cuerpo bastante mas pequeño que el de ella, además de ser yo delgadito aunque muy saludable y fuerte. LORNA, mucho más inteligente desde siempre que yo, al llegar nuestra edad adolescente, comenzó a acrecentar todavía más aquella diferencia sobre mí en inteligencia, comenzando a hacerme sentir cosas que comenzaban a excitarme sexualmente al verla tan superior. tan hermosa y además, con ese caracter dominante que aumentando iba mis sentires de amor por ella. Rápidamente LORNA fue notando en mí "esa cosa", y, lejos de mermar sus actos de superioridad ante mí para no aprovecharse de tal cosa, comenzó a acrecentarlos haciéndome entrar en un desesperante deseo en mí, por entregarme a ella por completo como su más sometido esclavo. Entonces, fue cuando comenzó en mí, aquéllo de comportarme continuamente ante ella, de una manera ya no servicial como además siempre con ella lo había yo sido, sino. ¡servil! De una manera hasta ridícula andaba yo tras mi hermana ofreciéndome a ella para lo que desease ella ordenarme, y mi hermana hasta se reía viéndome tan caliente por ella. Mamá disfrutaba nuestra continua afinidad de buenos hermanos y era felíz viéndonos tan unidos, aunque a veces nos sensuraba por esa cosa donde yo me sometía a mi hermana de esa manera tan ...
    ... gordamente evidente. aunque también, reía por ello. Cada vez más, mamá humorísticamente me acosaba con aquéllo de sus decires diciéndome: -"`¡Alcahuete!!!¡alcahuete de tu hermana. !" -"¡Chupamedias!!!¡chupamedias de tu hermana. !" Yo, sin responder más que con una sonrisa mordiéndome los labios, aceptaba tales acusaciones, sintiéndome identificado con ellas. LORNA, reía. Cierto día en que nos encontrábamos solos en casa LORNA y yo, viéndome ella completamente excitado y mirándola como de una manera lastimosamente suplicante pidiéndole que hiciera lo que quisiera conmigo,riéndose y viniendo hacia mí, me atrapó y comenzó a desnudarme a los tirones mientras yo era un cúmulo de gemidos de placer y sollozos y esa mezcla entreverada de sentido de culpa por mis sentires y por lo que me estaba dejando hacer con tanto deleite, así, LORNA comenzó aquéllo que aquella vez, comenzó a hacerse carne en nosotros. Aquéllo de ser ahora sí. ¡esclavo verdaderamente absoluto de ella! Completamente desnudo y con LORNA montada sobre mis hombros, comenzó ella a hacerme así de esa guisa a pasear sobre mí montado por toda la inmensa mansión en la que vivíamos, haciéndome ir y venir por todas partes, en mí acaballada y yo, completamente desnudo. Mi excitación no podía ser más inmensa. ! Llegaba yo a gemir y bramar como un animal de tan caliente, y mi hermana reía al así verme, y ahora sí. ya no tenía ningún tipo de escrúpulos en hacer de mí, lo que quería ella hacerme. Mi verga enorme, cosa que contrastaba ...
«12»