Relatos eróticos esposos cómplices cap 147 - Relatos Eróticos

Relatos eróticos esposos cómplices cap 147

CON MI HIJO EN UNA CAMA

Hola amigos, soy Paola con 38 años de edad, ojos claros, pelo castaño, 1.60 de altura,
55 kgs de peso, buen cuerpo, me gusta el gym y en la cama soy muy caliente.

Casada de muy joven con un asesor independiente de 43 años de buena familia, con 110 kgs de peso, ojos negros, pelo rubio, 1.90 de altura, más frio qué el hielo, de muy mal genio, qué por mis hijos no le soy infiel.

Tenemos 3 hijos, de 18, 16 y 14 años y por un minuto de debilidad, salí embarazada viéndome obligada a casarme.

Vivimos una vida holgada económicamente hablando, pero cómo el tiene su oficina en la casa, nos tiene presos bajo sus órdenes y hay qué obedecer, por qué muy rápido se encoleriza y es peor para todos.

Con los años hemos aprendido a protegernos y a manejar las cosas entre nosotros 4.

Mis hijos estudian, uno en la preparatoria y dos en la escuela secundaria, yo me encargo de todos ellos más las obligaciones de la casa y también hago algunas costuras y mi esposo tiene su oficina en la parte delantera de la casa,  en dónde trabaja y recibe a sus clientes.

Resulta qué un día nos llegó una invitación de mi hermana menor, qué vive en provincia, a 15 horas por tierra y hora y medía en avión.

Nos vimos obligados a asistir, por qué es costumbre en la familia, no faltar a ningúna invitación. Teníamos qué revisar agendas y compromisos pensando en 3 días de ausencia.

Sólo teníamos un problema, creo qué un gran problema, que no soportó viajar en avión y ...

... tenía qué irme por carretera.

Se discutió en la mesa para mandarme en bus, sólo qué nadie quería acompañarme, teníendo que irme sola y mi esposo qué es muy celoso no lo permitía y tampoco él podía viajar tanto tiempo en bus.

Al final quedamos qué una tía qué también viajaría, se llevaría a mis dos hijos menores en avión y mi esposo, mi hijo mayor y yo nos iríamos en el auto.

Llegó mi hermana el jueves por la mañana llevándose a mis hijos menores al aeropuerto y nosotros también subimos maletas al auto y.partimos al medio día.

A las 2 horas paramos para almorzar y como siempre, mi esposo molesto por qué no le agradó la comida, pero cómo mi hijo manejaría unas horas, yá no lo escuchamos al quedarse dormido.

Después de 6 horas de viaje volvimos a parar para descansar y cenar, escuchando renegar a mi esposo, por qué tenía qué manejar éste último tramo.

A la hora salimos nuevamente, yo iba en el asiento posterior, sobándole la cabeza a mi hijo que tenía en mi regazo, quedándonos dormidos hasta llegar a la casa de mi mamá, por la mañana del viernes.

Nos recibieron mis hijos, mis hermanas, mis padres y unos familiares más.

Tomamos desayuno y después de bañarnos nos echamos a descansar.

A la hora de almuerzo nos pasaron la voz y terminando nos tomamos unas cuántas cervezas, conversando hasta las 9 de la noche, en qué cenamos y nos fuimos a descansar, para levantarnos temprano y estar puntuales en la iglesia.

El sábado después de una hermosa eucaristía, se ...