1. La mejor nochevieja de mi vida


    Fecha: 19/12/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de mi hermano, mientras él (bueno, su polla) entraba y salía repetidamente del trasero de Sandra, que no paraba de gemir. Mi novia, que se había quedado detrás de mi, no pudo dejar de notar la erección que aquello me estaba produciendo, sobretodo porque pronto pasó su mano sobre ella, y así, con esas confianzas, es imposible no notar estas cosas. La manita que me echó mi novia no ayudó precisamente a reducir la erección, más aún cuando sacó mi polla del pantalón y empezó a meneármela mientras yo no dejaba de mirar como mi hermano practicaba el nefando pecado de la sodomía con su novia.
    
    -Vamos al salón-me dijo Rocio al oido- que si te quedas te vas a correr aquí mismo y me voy a quedar a dos velas.
    
    Tuvo que tirar de mi, cogiendome de la mano, hasta el salón, mientras a mi espalda continuaba oyendo gemir a Sandra. Una vez allí, mi novia reclamó mi atención lo mejor que supo. Yo me había quedado plantado en medio del salón, así que Rocio, sin oposición, me bajó los pantalones, se arrodilló y se metió mi tranca, que había salido disparada como movida por un resorte al quedar liberada, en su boca. Y no me quedó más remedio que volver al redil y volver a pensar en mi legítima pareja, que al fin y al cabo era quien estaba haciendo algo por mi, más aun cuando era evidente que Rocio se estaba esforzando especialmente para que me olvidara de mi hermano y su novia y le prestara la debida atención. No és que normalmente no lo haga bien (Rocio la chupa de puta madre...con ...
    ... perdón), pero se puede decir que ese día estuvo sublime, sin duda picada por el desafío de distraer mi atención de la sesión de sexo anal que mi hermano estaba teniendo con Sandra unos metros más allá.
    
    Sobretodo recuerdo de aquel momentode la noche como se la metía hasta el fondo y podía sentir mi verga metida en su garganta, mientras le pasaba la mano suavemente por el pelo mientras delante de mi estaba el retrato de mi primera comunión...inolvidables recuerdos.
    
    Eso sí, Rocio no me dejaba que me corriese. Cuando estaba a punto de hacerlo, frenaba, me pajeaba ligeramente con la mano (lo que aprovechaba para alzar la vista, mirarme a los ojos con esa carita que tiene y sonreírme), y luego volvía a empezar,engulléndola de nuevo. Estuvimos un rato así, de manera que casi me había olvidado de la existencia de Sandra y de mi hermano. Volví a acordarme de ellos cuando Rocio se cansó de chupármela, se separó de mi y empezó a desnudarse. En ese momento volví a ser consciente de las cosas y me quedé un poco alelado, escuchando de nuevo lo que la mamada de mi novia no me había dejado oir, o al menos fijarme, es decir, los gemidos de Sandra, que continuaban.
    
    -Que, ¿Te quitas la ropa o me hago un dedo yo solita?-me sacó de mi embobamiento mi novia.
    
    La respuesta era evidente, aunque sólo fuera por educación, así que me desnudé rápidamente. Una vez libre de toda ropa, me fui al sofá, me senté con la verga toda tiesa mirando hacia el techo y mi novia se montó sobre mi empaló sobre mi ...
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