1. EL REGRESO


    Fecha: 09/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... dijo • ¡Vete a la mierda Sergio!… ¡Vete a la mierda! Desde hoy te ignoro como hermano y te odio como hombre… A la mañana siguiente, Sergio había desaparecido. Y otra vez llenó su mente una cuestión que a veces había intentado surgir, pero que ella había abortado de raíz esos intentos. Pero esa noche fue distinto porque ni siquiera pensó en rechazar el intento sino que directamente quiso plantearse el asunto con meridiana claridad. ¿Amaba todavía a Sergio o le odiaba y despreciaba, tal como aquella noche le dijera y desde entonces había querido mantener? Y la conclusión a la que llegó fue que, a un tiempo, le amaba y le odiaba. Sin duda que el cariño tanto fraternal como de mujer enamorada que sintiera por Sergio subsistía en ella, pero también el rencor, la rabia, por lo que aquella noche aciaga él le hizo, en un binomio casi inseparable de amor y odio. Todos estos pensamientos la asaltaban aquella noche de sostenido insomnio, pensamientos, recuerdos y sensaciones que la amargaban. ¡Señor, por qué tuvo que volver!. Ella se había acostumbrado a vivir así, sin pensar en él, sin recordar nada, ni bueno ni malo. Pero ahora, su presencia, su proximidad, lo había despertado todo… Y la tranquilidad en que había logrado acabar por vivir se había ido al traste… Poco a poco, el cansancio producido por la propia tensión nerviosa en que todo el día viviera fue venciendo a los nervios, con lo que Morfeo, tranco a tranco, se iba apoderando de sus sentidos para darles descanso. Pero el ...
    ... intento tuvo poco éxito pues el sueño reparador no vino, sustituido por una serie de pesadillas que, intermitentemente, la hacían despertar plena de sudor y angustia. En esas pesadillas resucitaron aquellas ya lejanas en que sentía cómo ese ser, invisible a excepción de manos y labios, recorría su cuerpo desnudo llenándola de dulces sensaciones de cariño y amor; luego ese cuerpo tomaba las formas definidas de un cuerpo masculino, hermoso y bello, que por fin resultaba ser el de su hermano del que ella se sabía profundamente enamorada. Entonces Sergio la amaba dulcemente; la penetraba lleno de amor y pasión y ella se derretía entre sus brazos, también llena de amor y pasión. Pero eso duraba un momento, pues al instante Sergio, su hermano, se convertía en un monstruo horrible, una especie de conjunción entre Drácula y el Hombre Lobo, que desgarraba su cuerpo, pero también su alma, sumiéndola en una noche eterna de sempiterno infierno… Así, repetidamente se dormía y despertaba para volverse a dormir y despertar. Hasta que en una de esas veces en que angustiada se despertaba vinieron a fijar su atención ciertos murmullos que llegaban del exterior a su cuarto. Prestó atención, tratando de descifrar lo que aquello era y, su rostro se empezó a abrir en una sonrisa que en momentos se tornó en franca risa; una risa alegre, a carcajadas podría decirse, como hacía años que no soltaba. Y es que en esos murmullos reconoció los jadeos, suspiros y grititos de placer que antaño su madre lanzaba ...
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