1. EL REGRESO


    Fecha: 09/08/2017, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... dicho tan español: “La mancha de la mora, con otra se quita” con lo que acabó por aceptar el galanteo que desde meses atrás Fabián, un buen chico dicharachero, simpático y un tanto guapete en añadidura, con lo que en un santiamén eran novios los dos. Entonces, de nuevo vino a su memoria la noche en que Sergio la violó. Al llegar a casa, directamente se dirigió al dormitorio; al llegar allí se volvió para desear las buenas noches a su hermano, que venía detrás de ella y entró en la habitación. Se volvió para cerrar la puerta y se encontró, de frente, a Sergio. Se quedó quieta ante él, inmovilizada por una especie de rara impresión. Su hermano entonces la empujó ligeramente hacia dentro y ella, dócilmente, se dejó llevar. Sergio entró en la habitación, cerrando con el seguro tras de él. Volvió a empujarla hacia atrás y ella de nuevo obedeció cual niña obediente, retrocediendo lentamente hacia los pies de la cama… Entonces supo lo que seguiría a continuación: Supo que su hermano la haría suya esa noche; que la penetraría… Y se sintió a gusto ante la perspectiva… Lo deseaba; lo deseaba con toda su alma… Aquellos deseos de antes reverdecieron con fuerza inusitada. Deseaba ser suya… Y que él fuera de ella… Sólo eso la importaba… Ser la mujer de su hermano y que su hermano fuera su hombre… Desde esa noche hasta la eternidad… Efectivamente, Sergio se llegó hasta ella y, sacándole los tirantes del vestido por los brazos, tiró de la tela hacia abajo con lo que el vestido se deslizó ...
    ... hasta el suelo… Luego, pasando las manos hasta la espalda de ella, soltó los enganches del sujetador sacándoselo hasta enviarlo al suelo. Seguidamente, le bajó las bragas hasta las rodillas y la empujó hacia atrás, hasta que ella quedó tumbada en la cama, boca arriba y con las piernas colgando hasta casi rozar el suelo. Él se agachó para acabar de sacarle las bragas por las piernas y ella las elevó para facilitarle la operación. Claudia suspiraba, jadeaba, con el corazón en la garganta, lanzado en un galope desbocado… También se notaba mojada en su femenina intimidad interior, inundada por sus más íntimos fluidos corporales… Ardiendo en deseo de su hermano…. Sergio permanecía allí, frente a ella, en silencio… Sólo sus ojos demostraban vida, al brillar enfebrecidos mientras con la mirada devoraba su desnudez. Se fue desembarazando de la ropa, primero de la camisa, luego de los pantalones y calzoncillos para acabar descalzándose y arrojando lejos los calcetines. Entretanto Claudia se había retrepado hacia el cabecero de la cama hasta quedar con la cabeza descansando en la almohada, boca arriba y con las piernas ligeramente abiertas, esperándole más ansiosa que tibia… Y sí, Sergio se llegó a ella. Se subió a la cama y fue hasta ella; se le puso encima, poniéndose entre sus piernas, que ella abrió más para que él se acomodara mejor. Supo que los labios, la boca de su hermano iría al encuentro de la suya y Claudia cerró los ojos y entreabrió sus labios, presta a recibirle entre ...
«12...789...18»