Mi tía me dejo oler sus pies y su culo
Fecha: 09/02/2025,
Categorías:
Fetichismo
Tus Relatos
Autor: SoyAmante, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Continuando con mi relató anterior
https://relatos-eroticos-club-x.com/132703_primera-sesion-de-peggin-con-mi-tia
Después de esa experiencia sexual con mi tía cualquier barrera moral qué hubiera entre nosotros dos se rompió.
Esta nuevo nivel de cercanía permitió el atreverme a pedirle qué me dejara cumplir mis fetiches, y permitirme oler su rica fragancia corporal.
Mi tía aceptó pero con una condición, la cuál fue qué me permitiría conocer sus olores íntimos a detalle, pero sólo si era después de su guardia.
Con guardia me gustaría dar un poco de contexto. Mi tía es enfermera y en ocasiones le toca hacer guardia de 48 horas. Estas guardias son bastante desgantes, al grado qué casi no tienen tiempo de dormir o de bañarse.
En otras palabras me dejaría olerla hasta qué llevara esas 48 horas sin bañarse, esto lejos de disgustarme me calentó. Se que lo hacía a propósito ya que conocía la historia sobre mi compañera lupe, y el cómo me encantaba su rico olor a colita.
Cuándo por fin llegó el día yo estaba impaciente, estaba en su sala esperando con ansias su llegada. Eran las 5 de la tarde en pleno verano, así qué al llegar sé le notaba varias gotas de sudor.
Al verme sonrió, y dijo si estaba seguro de querer eso o si prefería qué se bañara e hiciéramos otra actividad igual de sexosa pero menos olorosa. Le dije qué no que por favor me cumpliera mi fetiche, ella solo sonrió con malicia.
Comenzó a decir qué estaba algo cansada, qué le dolían los pies, preguntándome ...
... si le podía dar un masaje.
Apenas dijo eso me arrodille, mientras ella se sentaba a pocos centímetros de mi. Cuando se comenzó a quitar su zapato el olor de la sala cambió, ere un olor hipnotico, fuerte y exitante.
Era sorprendente como mi tía la cuál es una mujer pulcra e higiénica pudiera tener un olor así de fuerte.
Cuándo comencé a darle el masaje sentí de inmediato la húmedad dentro de sus calcetas. Cómo dije era verano, y ella venía de afuera a pleno sol en el trasporte público.
No pude soportarlo más y le terminé besando los pies, ella sólo reía y decía qué eso no es un masaje. De verdad el olor me tenía enloquecido. Cuándo por fin le retire las calcetas no hice más qué saborear a detalle sus pies, pasaba mi lengua desde el talón hasta la punta de la dedos, pese mi lengua entre sus dedos, no deja de lamerlos hasta qué todo su salado sabor desapareció.
Después de eso me calme un poco, ella no dejaba de sonreír. Ahí me dijo que sentía qué el sillón estaba algo incómodo, y qué prefería otra silla. De inmediato entendí lo qué quiso decir, así qué me puse en el suelo esperándola.
Ella simplemente se sentó en mi cara, y de nuevo vino a mi un rico olorcito a culo. No era cómo el de lupe, esté era más intenso más rico. Mi tía simplemente dejaba caer todo su peso en mi rostro, ocasionando qué mi nariz terminará enterrada por completo en su culo.
Ella fue subiendo poco a poco la intensidad, jugando dando pequeños sentones (les recuerdo qué esto fue después de qué ...