1. Relatos eróticos esposos cómplices cap 161


    Fecha: 13/02/2025, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Chacri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    PAPÁ EN COMPROMISO
    
    Hola, me llamo Juana tengo 35 años de edad, 1. 50 de altura 52 kgs de peso tez blanca, ojos y pelo largo negro, me conservo bien por mi gimnasio, dieta y por qué sólo trabajo en mi casa.
    
    Soy casada con Roberto de 40 años de edad, mecánico de profesión 1.70 de altura, 75 kgs de peso, tez trigueña y es un poquito grueso.
    
    Vivimos con mi papá que es viudo hace 10 años y el tiene 60 de edad y los tres nos llevamos muy bien desde que me casé y aún estando mi mamá con vida.
    
    Vivimos también con mi único hijo que tiene 12 años que estudia en las mañanas y hace deportes en la tarde.
    
    Cómo les dije nos llevamos bien con mi papá y con mi mamá estando ella con vida, sería tal vez por qué los 4 éramos alegres, calentones y extrovertidos.
    
    Recuerdo qué al salir embarazada, a mi papá le gustaba sobarme la barriga y de casualidad chocaba con mis tetas, que me habían crecido tremendamente 
    
    Lo veía que ante los descuidos de mamá se le salían los ojos para ver mis tetas cuando le daba pecho a mi hijo y a mi me daba risa por lo poco que se alocan los hombres y le llamaba la atención, diciéndole que mire las de su mujer y él se alejaba riéndose.
    
    Sabiendo que mis tetas algún día tendrían qué reducir su tamaño, no quise dejarlo con sus ganas, por qué ellos han sido muy buenos con nosotros.
    
    Una mañana en qué sólo estuvimos los dos en casa, quise hacerlo feliz por un rato y cuándo miraba mis tetas con la boca abierta.
    
    Yo : Papá tanto te gustan mis ...
    ... tetas ?
    
    Papá : Discúlpame hijita, me alocan.
    
    Yo : Quieres acariciarlas un rato ?
    
    Papá : Hijita, creo qué no debemos hacer éso. Con mirar me conformo.
    
    Eché a mi hijo en su cuna y con mis manos se las estiraba para qué la viera mejor y comenzaron a caer algunas gotas de leche.
    
    Papá : Hija, te estás chorreando.
    
    Yo : Papi, quieres saborear un poco.
    
    Ni bien terminé de hablar puso su boca succionando buena cantidad de leche de cada una y siguió acariciándo.mis  tetas y sintiéndo su bulto en mi pierna, le dí un apretón, diciéndole qué era suficiente y que vaya a buscar a su mujer y se fué dejándome arrecha.
    
    En la noche sentí a mi mamá gemir como muy pocas veces y yo también le hacía el coro.
    
    Éste suceso se repitió muchas veces, hasta qué mis tetas volvieron a su estado normal.
    
    Luego vino la muerte repentina de mamá, dejando un hondo dolor en mi hijo qué era su engreído y en nosotros también, que duro un par de años.
    
    Grácias al buen carácter de papá logró recuperarse yéndo a misa, paseando con mi hijo y conversando con sus amigos.
    
    A veces me fastidiaba diciéndome.
    
    Papá : Te escuché anoche, cómo te habrá castigado.
    
    Y me palmeaba el poto, anda nomás viejo pajero yo le contestaba.
    
    Otras veces me veía a la cara y me decía. Hijita se vé qué ésa boca ha trabajado mucho anoche y se iba riendo.
    
    Un día en la mañana regresando del mercado veo su puerta junta y escuché gemidos. Me acerqué sigilosamente y al mirar por la ranura, veo a mi pobre viejo ...
«1234...»