1. Rico pollon costeño, sueño satisfecho


    Fecha: 21/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cintura, abrí un poco mas las piernas y eso permitió que esa vergota rozara la raja de mi chocha, mi pulso se aceleró un poco, cerré mis ojos y disfruté los últimos segundos del disco vallenato, bamboleando mi cadera, se acabó el disco, el costeño se fue al lugar donde estaba mi esposo, otro amigo de mi esposo me sacó a bailar, aunque quiso apretarme, solo le permití unos roces, porque mi obsesión ahora era el costeño; después que se acabó el disco, volví a sentarme frente al costeño, pero esta vez me subí mucho mas la falda, se me veían toda la pantorrilla de la pierna, ya la tanga se me había metido mucho mas en la raja de mi chocha, le dejé expuesta toda la zona de la nalga, luego cambié de pie y en ese lapso, le abrí mas las piernas, le dejé observar toda mi entrepierna, alcanzó a ver los labios vaginales aprisionados por la tanga, le di toda la visión de mi sexo, quería excitarlo al máximo, quería que se precipitara como un caballo desbocado al ver el espectáculo de seducción que le estaba dando, en efecto, sonó un vallenato mas suave, desde donde estaba sentado me hizo señas que bailara con él, yo me paré como un resorte y fuimos a dar a la pista, sin decirnos nada, nuestros cuerpos se acomodaron en confianza para danzar, no un disco, sino una danza sexual, esta vez yo quería que el costeño se atreviera mas y si el no lo hacía, yo tomaría la iniciativa, quería satisfacer mis deseos infieles, quería sentir esa polla en mi entrepierna, le iba a mover mi cadera lo mas ...
    ... sensual que se pueda, no me importaban las miradas, yo solo quería gozarme esa vergota costeña, mi costeño de una me metió sus brazos bajo los míos, yo discretamente coloqué mis manos en sus antebrazos, el me llevó hacia su vientre, cuando me arrimó a él, ya su verga estaba parada, creo que el haberle dado una guinda de mis nalgas y chocha, lo habían puesto a mil, yo quería aferrarme al costeño, pero la luz de la sala estaba muy clara, no se quien apagó el bombillo, en esos momentos crucé mis brazos sobre el cuello del costeño, sus manos resbalaron hasta mis nalgas, el ritmo de la cintura del costeño era frenético, sacaba sus nalgas, las volvía a meter para darme una embestida con esa verga, luego las giraba de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, esa polla estaba bien durísima, el aliento del costeño descansaba en mi cuello, sentí que su lengua empezó a darme lamidas desde el cuello hasta la oreja, luego la metía al oído, eso me enloqueció, la cadera del costeño se quedó quieta incitándome a que el ritmo lo llevara yo, discretamente me subí un poco la falda en la parte de adelante, empecé a sentir que la vergota del costeño no rozaba ya mi falda, sino que la restregaba en los labios de la chocha porque la tanga estaba metida en mi raja, cuando el costeño se quedó quieto, empecé a bajar las nalgas y luego las subía, sentí como la cabeza de esa verga rozaba mi rajita, mientras que las manos del costeño resbalaron hacia debajo de mis nalgas, sentí que los dedos de una de ...
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