1. Diario de un padre VII (Vino 11 años)


    Fecha: 22/12/2018, Categorías: Confesiones Autor: xverzo, Fuente: RelatosEróticos

    Estaba ella aun tendida en la cama, gemía de a poquito, muy suave. Rodee la cama para asomarme a la ventana: afuera todo seguía según lo previsto con mi hija, su madre y mi hermana jugando en la piscina, se veían ya pasadas de alcohol, Laura se guindaba de su tía por el pescuezo y la intentaba hundir bajo el agua mientras la que fuese mi esposa alguna vez estaba tomando del pico de la botella. Me giré de nuevo, un poco más de luz entró por la ventana y vi la carita de Liam con los ojos cerrados, una mano bajo el mentón y encogía y estiraba los labios. Ahora además de ebria parecía estar drogada. Tensaba su cuerpo y parecía estar recibiendo por ratitos una descarga eléctrica. Yo sólo la veía mientras mi pija se tensaba de nuevo. Seguía húmeda y apenas erguida apuntaba a la jovencita Liam. Me quité también el short y lo puse en el mismo sitio de la camisa pues debía estar preparado para cualquier imprevisto.
    
    Sujeté suavemente a Liam de la cintura, ella abrió los ojos, como impresionada, como si no hubiese esperado una nueva faena. Despacio dijo “no, no” en lo que pareció más un gemido mientras yo la arrastraba por la cama de espaldas a mí, sus nalgas se posaron sobre mi pija y era como tener dos cojines blandos de cuero aplastándote la verga y empecé a restregársela entre la línea que dividía sus nalgas. Ella intentó quitar mis manos de su cintura pero al echar su mano hacia atrás, su cuerpo se inclinó hacia adelante quedando apoyada sobre su codo izquierdo y su cabeza. ...
    ... Suspiraba frenética y como angustiada, como si temiera que su cuerpo fuese a desvanecer. Tomé su cuerpo y lo alcé, lo abracé desde atrás, yo seguía al pie de la cama y ella arrodillada sobre el colchón, de espalda a mí. Mis manos subieron por su cintura, yendo de a poco hacia el centro a encontrarse con sus senitos, tal como los imaginé eran firmes, respingones, con unos pezoncitos medianos y abultaditos. A pesar de ser grandes, sus tetitas las podía cubrir con toda mi mano y así lo hacía: la palma de mis manos se frotaban con sus pezones y, cuando lo hacía, sentía como ella arqueaba y meneaba su colita contra mi pija, aun perdida entre sus nalgas. Suspiraba cada vez más agudo y eso me excitaba, apretaba con un poco de fuerza sus tetas mientras le besaba el cuello como si fuese a devorarla, lamía detrás de su oreja, giraba su cabeza y lamía hasta debajo de su mentón, besaba sus mejillas y la apretaba más contra mí. Ella había echado sus manos hacía atrás y para mantener el equilibrio me agarraba de la cintura e incluso, a veces, bajaba sus manos hasta mis nalgas, lo que me indicaba que ya estaba entregada al juego. Empecé a moverla con más fuerza sobre mi verga. Mis brazos se cruzaban sobre su cuerpo y prácticamente la alzaba y la bajaba a placer, sentía la punta de mi verga recorrer todo el tramo de sus nalgas. Llevé una mano hasta su entra pierna y apretándola desde allí también la alzaba mientras movía mis dedos en círculos y la sentía cada vez más mojadita. De nuevo ese deseo ...
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