Una sesión con Jaz en marzo
Fecha: 22/12/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: pablodf1977, Fuente: CuentoRelatos
... apreté sus nalgas, ella dio un pequeño grito mientras decía “ya, amo, perdóneme, le prometo que no vuelvo a olvidar mi lugar, por favor, amo” y sólo seguía apretándole sus nalgas.
Después, le abrí un poco las piernas y me acomodé detrás de ella, luego la sujeté con fuerza para penetrarla de nuevo y ella se movió un poco para adelante, pero empecé a penetrarla, diciéndole “cumpliste con los azotes, perra, ahora me complaceré con tu cuerpo de puta” mientras la tomaba con ambas manos de la cintura y me movía con fuerza, oyéndola decirme “sí, amo, usted puede hacer de mi cuerpo lo que guste”. Luego de unos minutos y sin dejar de penetrarla, le solté sus muñecas, de inmediato ella las colocó en el sillón, que estaba colocado justo frente a la ventana, así que la levanté del cabello y fui empujándola hasta que subió sus rodillas al sillón y apoyó sus manos en la base de la ventana.
Entonces, abrí las cortinas con una mano y le apoyé su cara contra el cristal, diciéndole “ahora, perra, verán cómo te cojo como la puta que eres” mientras observaba a la gente que pasaba frente al hotel, viendo si alguno volteaba a la habitación y me comentó “sí, señor, que vean como se coge a su puta, solo su puta”. Pasados unos minutos de tenerla así, tiempo en el que no observé que alguien notara ...
... como la tenía, aunque justo frente al hotel hay otro hotel, donde había muchas cortinas entreabiertas, así que no puedo asegurar que nadie la observó.
Decidí que era suficiente y dejé de penetrarla, entonces la puse de rodillas en el suelo y me senté en el sillón, jalándola para que empezara de nuevo a mamármela para terminar en su boca y le ordené “trágate todo, perra” mientras le sujetaba su cabeza para que no se sacara mi pene mientras me venía. Cuando terminé, me quedé quieto un rato y observando que ya se lo había tragado todo, le dije “límpiame bien la verga, perra” y lo hizo de inmediato hasta que ya me había recuperado y le ordené “espera ahí, perra, justo como estás” y me respondió “sí, amo”.
En eso, me levanté y fui al baño, ahí tomé una ducha, tomándome mi tiempo y cuando regresé, seguía justo como le había ordenado y sin decirle algo más, me vestí, preparé mis cosas y ya cuando estaba listo, me le acerqué, me agaché, la tomé de la barbilla y le dije “en cuanto salga, perra, podrás levantarte y tomar un baño con calma, saldrás cuando estés lista, espero que pronto pueda usarte de nuevo, perra”; antes que me respondiera, la besé, me incorporé y me salí del cuarto.
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