Masaje masculino (I)
Fecha: 20/03/2025,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Morbi69, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
En una red social empezó a aparecerme como sugerencia de amistad un perfil de una persona, hombre, que realiza masajes masculinos. El perfil era de lo más normal: masajes deportivos, descontracturantes, relajantes... Me llamó la atención levemente, pero no envié ninguna solicitud.
Con el paso del tiempo, el estrés de la rutina, la monotonía del día a día, un día se me ocurrió contactar a esta persona (con mucha frecuencia me aparecía la sugerencia) y probar un masaje para salir un poco de la rutina.
La persona me respondió muy amablemente, explicándome brevemente sobre el tema, por lo que le pregunté cuánto costaba; me pareció razonable. Entonces decidí regalarme con un masaje, pero por cuestiones de tiempo y trabajo se fue postergando, hasta que un día finalmente pude encontrar, o mejor dicho hacerme un tiempo y coordinamos una sesión.
Aclaro que soy heterosexual, aunque tengo mis fantasías bisexuales. El hecho de ir a una sesión de masaje con un hombre me daba algo de morbo, pero era mínimo, casi imperceptible.
Al llegar me invitó a pasar a un cuarto, donde había una camilla para masajes, un banco de madera, y un mueble. El ambiente estaba perfumado por un sahumerio encendido.
Me indicó que me quite la ropa, la cual dejé sobre el banco; pero al verme en calzoncillos me dijo que "toda la ropa", así que me desnudé completamente. El masajista vestía un pantalón corto y una remera.
Luego me pidió que me acueste en la camilla, boca abajo. Lo hice, extendiendo los ...
... brazos a los costados, con las palmas de las manos abiertas hacia arriba.
Puso música relajante y luego sentí sus manos en mis hombros, se había puesto aceite, y empezó con el masaje. Hombros, espalda... cuidando siempre de tener el aceite suficiente.
Realmente se sentía muy relajante; cerré los ojos, me relajé y dejé que fluya.
Luego pasó a masajearme los pies, subiendo por las piernas. Primero una, luego la otra. Subía con los masajes hasta casi las nalgas, por la parte exterior; luego por la parte interior.
Al masajear la parte interior, subiendo hasta casi las nalgas, sentía cómo disimuladamente rozaba con los dedos mis testículos. Lo hacía disimuladamente, breves toques, como al pasar; la sensación no era para nada desagradable, al contrario: estaba empezando a excitarme.
En un momento cambió de posición, para masajearme desde la cintura hacia abajo, abarcando todas las nalgas. Se había puesto a mi lado; yo tenía los brazos extendidos al costado, con las palmas abiertas hacia arriba, y de pronto siento que rozaba su entrepierna por la palma de mi mano. No se en qué momento se quitó el pantalón, quedando en calzoncillo, y podía sentir como se frotaba por mi mano. No se por qué, pero me dio gracia, y decidí acariciarle con los dedos los testículos por sobre el calzoncillo cuando se frotaba por mi mano.
Mientras pasaba esto, él continuaba masajeándome las nalgas, acercando cada vez más los dedos a mi culo. Como una reacción, involuntaria, separé un poco mis piernas, ...