RECUERDO DE LA PAMPA GRINGA - Relatos Eróticos

RECUERDO DE LA PAMPA GRINGA

... voy a secar…” ¡Así me dice!
-Bueeee…, o sea que la ligué por lo que dijo tu mamá…
-¡No, no, noooo! Dani, no… ¡Me gustás mucho! Si te encontrara de paso en cualquier ciudad, también me gustarías… ¡Sos tan dulce!	
-¡Jajaja! ¡Vos sos un bombón! ¡El sabor y el aroma de tu conchita no tienen igual!
-¡Ay Dani, Dios mío! ¡Me muero de ganas! ¡Vamos a casa, por favor!
	Por supuesto fuimos a su casa. Conversando animadamente, sin tocarnos siquiera. Debía mantener el criterio de “impoluto”. En la casa, en ese momento, no había nadie.
-Mamá debe haber salido a hacer compras. Vamos a mi dormitorio.
-¿Y tu papá? – Quería saber cómo venía la mano.
-Está en el campo, en la chacra. Al pueblo viene muy poco. Nos vemos el fin de semana, cuando vamos a la chacra.
	El dormitorio típico de una nena de primaria, con los poster y fotos adecuadas a la edad. Todo muy lindo y ordenado. 
-¿No se enojará tu mamá si desarreglamos la cama?
-¡No! ¡Ella la desarregla más que yo! ¡Jajaja! – A Valeria le divertía la “actividad” de la mamá.
	Nos desnudamos…, como corresponde, con prolijidad y sin apuro. Parece que a la nena nunca la desnudó nadie más que la mamá o el papá…, pues estaba como petrificada por mi acción, sobre todo cuando lamía y besaba la piel que quedaba al descubierto.
	Cuando llegué a sus glúteos no me pude contener. ¡Dios! ¡Qué culito tan hermoso! Se lo lamí, lo besé, lo chupé. ¡Deliciosamente genial! Separé sus nalgas y le lamí el hoyito. ¡Exquisito!
-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Me hago ...

... pis! 
-¡Dale! ¡Si! ¡Hacelo! – Fui con mi boca a su conchita. Ese tibio y salado caldito es sensacional. ¡Pocas cosas en la vida son más sabrosas!
	Valeria gemía suavemente mientras yo lamía, besaba y mordisqueaba sus nalgas. Metí el dedo mayor en su culito. Ella acomodaba los glúteos para gozarlo más plenamente.
-¡Ay Dani, que rico! ¡Me gusta tanto todo lo que me hacés!
-¡Mi amorcito! ¡Te tendría todos los días jugando!
-¡Si, papito! ¡Eso es lo que quiero! ¡Metemela ya mismo!
-¡Si tesoro! ¡Te estoy adaptando el culito!
-¡Si papito! Dale nomás, pero méteme los deditos mientras me ensartás la conchita.
	Valeria movía el culo como una profesional. Yo besaba y lamía. Ya tenía el hoyito para un dedo más…, ¡y otro! 
-Ponete en cuatro, a lo perrita, mi amor… - La nena se acomodó rápidamente. Se la enterré de una en la concha…
-¡Aaaahhh! ¡Papito! ¡Qué ensartada! ¡Sos genial! ¡Qué pija maravillosa que tenés!
	La bombeaba frenéticamente…
-¡Papito! ¡Me la vas a sacar por la garganta! ¡Jajaja! - ¡Dios! ¡Cómo se mueve la hembrita! O tenía mucha experiencia…, aunque dijera lo contrario…, o habría visto mucho porno…, cosa bastante rara en ese pueblo…
-¡Dani, por favor! ¡No te vayas pronto! ¡Cogeme muchas veces más!
-¡Si amorcito! ¡Todas las veces que pueda! – Le estaba dando con todo, por concha y culo, alternadamente. ¡Tan solícita!
-¡No me puedo ir un minuto! ¡Siempre hay un culo que está a punto!
-¡Mamita! ¡No te oí! – Valeria giró la cabeza hacia la puerta del dormitorio. - ...