Mis Memorias xxx 3 - Relatos Eróticos

Mis Memorias xxx 3

Saliendo del departamento de mi abuelo, decidí caminar hasta mi casa, aún así adolorida, pero necesitaba ordenar mis ideas, por qué tenia un laberinto en mi cabeza de preguntas y sensaciones encontradas. Y cómo nos sucede a muchas, por ser un tema delicado se vuelve  íntimo y debemos resolverlo solas. 

Y comencé :

Ahora puedo considerar a mi abuelo como mi marido ?

Qué estará pensando mi abuelo de mi?

Mi conchita le habrá gustado más que las de  sus mujeres anteriores.

Con su edad cómo la puede tener tan dura y tan grande.

Cómo hizo para meterla toda ?

Por qué su leche es más salada que la de mi papá ?

Si mi papá me la quiere meter. Se dará cuenta qué yá me rompieron.

Me dolió mucho en todo momento, pero también me gustó.

Sentir ésa culebra gorda acomodarse adentro mío, me hizo tan feliz.

Si mi mamá se entera me mata, por qué yo soy hija y él su padre.

En el camino compré las pastillas, por qué aparentemente mi abuelo me quería seguir cachando. Yo no estaba segura de aceptar, pero las compré por si cambiaba de opinión.

Oculte bien las pastillas para que no las vayan a descubrir.

Entrando a mi casa traté de caminar y actuar normal, aún así me ardiera, pero más era mi miedo a qué me descubrieran, así que aguanté nomás. 

Entré a mi casa y mi mamá llorando se acercó a mí, poniéndome nerviosa.

Mamá : Cómo sigue tu abuelo ?

Yo : Ay mamá, estaba deprimido en su cama y conversando con el, le conté unos chistes que lo hice reir y ...

... no quería que lo deje.

Mamá : Yo no voy hace dos días por que me da pena verlo asi, pero mañana estoy por allá.

Al día siguiente que regresó mamá de ver a mi abuelo, la ví con otro semblante descorcentandome.

Mamá : Hija, qué le has dicho a tu abuelo, que lo has cambiado, ahora hace sus cosas normales y hasta bromea y ríe.

Yo : Le hablé de lo bonito que es la vida y hay que vivirla hasta el último momento y agradecerle a Dios que le permitió gozar todos todos éstos años entre nosotros, otros no llegan.

Mamá : Y de dónde me saliste tu tan filosófica ?

Yo : Yo tampoco lo sé mamá, pero creo que Dios me iluminó,  por qué yo también lo ví feliz, queriendo seguir hablando.

Mamá : Ay hija que feliz me siento, aunque en el fondo esté triste. Gracias hijita por devolverle a mi papá su deseo de vivir y no siga deprimido.

Éste comentario me hizo feliz, animandome a tomar las pastillas.

En la noche los volví a escuchar gemir acompañado de otro hombre y cómo éso yá era algo común, continúe durmiendo.

Seguí mi vida normal en mi casa preparando mis cosas para regresar a mi último año de colegio y como siempre vino mi tió y con el pretexto de consultarme una lectura me sobaba su verga dura por mis hombros.

Algún día también mi tío querrá cacharme ? Pero no, a él no le aceptaré, el tiene a su mujer, sólo lo dejaré que me sobe para que me deje mi propina.

Por la mañana muy temprano mi mamá me pasó la voz para que vaya al cuarto de papá.

Con miedo entré y ...