1. Cómo conocí al 'Lince'


    Fecha: 23/12/2018, Categorías: Hetero Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos

    Esta confesión que voy a hacer, tendría que haberla escrito antes del que escribí, titulado "Viernes de XXX (triple equis)".
    
    Resulta, que a "Lince", lo conocí trabajando en el mismo lugar, ya hace más de 30 años.
    
    Prácticamente todos en la Empresa, sospechábamos que Lince (L, a partir de ahora), que era homosexual.
    
    En nuestra sección todos nos llevábamos bárbaro, y la relación con él, era muy buena, ya que era, mejor dicho, es, una persona muy instruída, y sabe de todo. En aquella época yo estaba soltero, pero nunca se me dio por invitarlo a salir.
    
    Pasaron los años, yo me casé, pero él todavía al día de hoy se mantiene soltero.
    
    Como ya saben, el que me inició y me hizo saber y gozar la homosexualidad, fue mi primo F. Pero, tanto F como yo fuimos creciendo, cada uno de nosotros formó su propia familia, pero, como también lo saben por otras confesiones escritas, siempre nos amamos y nunca pudimos olvidarnos el uno del otro. Hasta que en el 2011, como también lo saben, nos re-encontramos (en la confesión: “Finalmente… nos re-encontramos, recién el 2011”), aunque yo hubiera querido que se mantuviera en el tiempo, él no quiso arriesgarse más por la familia. Lo entendí, a pesar de que yo pensaba distinto.
    
    Pasó el tiempo, y por supuesto, mis sueños homosexuales, con él y su hermano fueron siendo más asiduos. Hasta que una noche, en lugar de soñar con alguno de mis primos, soñé, con éste mi ex-compañero de trabajo, L.
    
    Llegó un momento que fue tanto que una tarde ...
    ... me animé a llamarlo por teléfono para saber cómo estaba, y naturalmente se sorprendió de que lo llamara, hasta que en un momento, le digo:
    
    -“Lo que pasa es que... es que... hace ya unas cuantas semanas que tengo sueños contigo.”
    
    Por supuesto, con la experiencia que tiene, se hizo como el que no le daba ninguna trascendencia. Así lo fui llamando por teléfono cada tanto, hasta que llegó un momento en que lo llamaba prácticamente todos los días, y siempre comentándole:
    
    -“Páh.. no te hacés una idea de los sueños que tengo contigo”, yo le decía.
    
    -“Ah, sí” – me respondía él.
    
    Hasta que en una de las llamadas que le hice me animé y le pregunté:
    
    -“¿Te puedo hacer una pregunta personal?”
    
    -“Sí, por supuesto”, me respondió.
    
    -“¿Es cierto que una vez dijiste que a un verdadero amigo, si te pidiera que le chupes el pene, lo harías?”.
    
    .”Bueno…. primero, nunca dije algo parecido. Pero tal vez lo haría. No sé.”, me respondió.
    
    Y a partir de esa respuesta, mis ansias de poder estar con otro hombre, aunque sea tomando el papel de tal, me dejó muy pero muy caliente.
    
    Hasta que finalmente, llegó un día que le dije, que equis día, iba a ir a la Capital, que si quería vernos, aunque fuera a tomar un café, y su respuesta fue:
    
    -“Pero, por supuesto, C., me encantaría. Venite a casa y lo tomamos acá.”
    
    -“Genial”, le respondí, y mi calentura fue mayor aún.
    
    Hasta que llegó nuestro día de encontrarnos en su casa. Voy, toco timbre, baja (pues vive en un departamento), ...
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