La filosofía del látigo (Parte 3)
Fecha: 24/12/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: JuanCarlosBaca, Fuente: CuentoRelatos
... grito repito el arreo. ¿Queda claro?
-Sí.
-Si no, joder.
-Sí, mi Ama.
-Eso está mejor. Ahí va el primero. La próxima serán 40. Hoy estoy animada.
-Gracias, mi Ama.
-Serán 12. Poquitos. Pero juro por mi santo coño que van a ser 12 via crucis.
Óscar empezó a sollozar. Algo que excitó a su esposa.
-Necesitas disciplina y aquí está tu querida esposa para meterte en vereda. No harías nada sin mí. Eres un don nadie sin tu dulce Eli… -Y soltó el brazo para dar el primero de 12 correazos escalofriantes que sonaron desde el patio.
Él sufrió lo indecible.
Ella se deleitó en cada zurriagazo.
3.
Pensó que no estaría en casa. A estas horas su mujer Noe estaría en casa de su vecina del quinto como cada mediodía. Por eso Fabián entró en casa seguro y sin titubear.
Pero su gesto cambió al encontrarse en el salón a Noe e incluso a la vecina del quinto sentadas en el sofá. A Fabián le pareció que estaban esperándole. Y nada más hablar Noe lo verificó.
-Hola, amorcito, pasa –sonrió Noe con satisfacción.
-Hola, Noe. Hola, Beli.
-Hola, Fabián –Beli parecía contener la risa.
-Ven, amorcito. De rodillas frente a mí y la cabeza agachada.
-¿Cómo? Beli…
-Beli ya lo sabe. La he traído a que aprenda, para que haga lo mismo con el cerdo de su marido. Vamos, no me gusta repetir las cosas.
De modo sumiso y sin rechistar, Fabián se posicionó frente a su mujer sentada en el sofá.
-¿Ves, Beli? Muy machitos entre ellos pero luego se les queda la ...
... polla como un cacahuete.
-No he hecho nada indebido, Noe.
-¿Tu crees? Vas diciendo por ahí que fuiste ayer al club de golf. No, no pierdas el tiempo. Tu amigo Óscar ha confesado tras un castigo ejemplar de 10 minutos. Me acaba de llamar Eli. ¿Es eso cierto?
-Si…
-No te escucho. Alto y claro.
-Sí, lo dije, y lo siento mucho.
-Te daría ahora mismo una ostia en la cara, pero hoy me sustituye Beli.
-¿Cómo que Beli?
Noe movió la cabeza dando el permiso y Beli pegó un violento bofetón a Fabián en la cara.
-¿Alguna objeción? –sonreía Noe.
-N… no… -habló Fabián con la mejilla roja.
-Mmmmm, esto satisface –gozaba Beli-. Podría acostumbrarme a esto.
-Fabián, en posición 3, ya sabes.
Fabián, al borde del llanto, se desnudó de cintura para abajo, se colocó de pie en mitad de salón y pegó las manos al suelo alfombrado.
-Beli, disfruta –le pasó Noe su correa de los vaqueros.
-Gracias, Noe, eres una gran amiga.
-Yo estaré en la cocina preparando el almuerzo. Tu tómate tu tiempo y dale fuerte.
-Ya lo creo que le voy a dar fuerte. Tiene un culo peludo asqueroso.
-Ve cogiendo experiencia para practicar luego con tu maridito seboso.
-Joder, esto me encanta. Acabo de mojar las bragas.
-Pues quítatelas y méteselas en la boca. Este cabrón aúlla como una nenaza.
-Gracias, Noe, eres lo más.
-Hay que ayudarse entre mujeres. Tu dale con saña. Mi maridito es un poco rebelde y muy bocazas. Quizás contigo aprenda. Yo ya no sé qué hacer. Es ...