La lasciva vida de una maestra de escuela (Parte 5 – Final)
Fecha: 09/08/2017,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: Trovo Décimo, Fuente: CuentoRelatos
... fibrosa espalda y con mis piernas bajo su terso y rocoso culo, lo cercaban para que no saliese hasta acabar con todo dentro de mí. El macho realizaba círculos de su cadera me estimulaban toda la vagina mi interior, al estar repleta de carne dura deformada por las inflamadas venas. Sacaba del todo su estoque y volvía a meterlo de un golpe, era un repertorio de doctor del sexo, mi boca entre gemido y gemido se encontraba de vez en cuando con la boca de Barack y mis uñas se clavaban en su espalda como una gata salvaje deseosa de más y más rabo negro. Esta vez el placer se hizo esperar un poco más, no sé si porque me descubrió partes de mi cuerpo que desconocía o porque yo misma me contuve, da igual, recuerdo que cuando empecé a moverme en la web de contactos todas las experiencias hablaban del tamaño de la verga, pero yo estaba descubriendo que Barack me estaba follando y dando amor hasta con las pestañas, todo su cuerpo me estaba dando placer, ya fuese con su precioso y enorme pollón, con sus hábiles labios o sus diestras manos… olía a macho transpirando testosterona por cada poro de su piel zaina, una dermis que lucía hermosa con la tenue luz que se reflejaba en cada forma voluptuosa de su musculatura incrementada en las formas marcadas por los contrastes ofrecidos por su sudoración.
La última oleada de placer de mi encuentro con Barack me estaba inundando, era más contenida, menos juvenil que las anteriores, mis manos acariciaban ahora su espalda con dulzura y notaban ...
... como él mismo se crispaba, sus músculos se volvían cada vez más duros, y mi memoria se acordó del torpe de mi difunto esposo. Comenzó a arreciar sus acometidas, más fuertes, más rotundas, más profundas y de mayor cadencia… y de pronto sus jadeantes embates acabaron en un bufido animal, al mismo tiempo que recaudo un largo y potente chorro de semen que me inunda por dentro, la presión era pasmosa al notarla tan clara y tibia… produjo un escalofrío en todo mi cuerpo con un espasmo en mi vientre al percibirlo.
El semental envalentonado no lo dudó e hincó su daga atravesándome hasta el estómago largando otro lechazo y otro más a cada clavada seca y profunda en mi útero… y así se concatenaron otros cuatro chorros de leche blanca caliente que me llenaba irremediablemente todo mi cubículo vaginal, haciendo que su polla descargara la tensión acumulada dándome tanta delectación como esperaba recibir. El “maromo” la clavaba a fondo eyaculando una incontenible e ingente cantidad de lefa africana como para preñar a diez yeguas… esos largos chorros de lefa espesa atoraban mi más profunda vagina, allí donde nadie puso su leche… prácticamente en el mismo útero. ¡De ser fértil mi útero me hubiese preñado con seguridad!
Cuando sentí su último espasmo, Barack se quedó dentro de mi resoplando como un búfalo mientras empujaba con fuerza tratando de atravesar mi cuerpo…, ese Adonis negro musculoso, de labios carnosos y cálidos me estaba saciando de todo lo que no había conocido en toda mi puta ...