1. Javier IV: Ivett, Felipe y yo, aprendiendo a darnos placer.


    Fecha: 27/12/2018, Categorías: Masturbación Autor: HeteroBi89, Fuente: SexoSinTabues

    Felipe: Wey ya me dijeron que Ivett y tu son novios, eso es todo cabron, ya nada más te falta que la enamores bien para que suelte algo no? Yo: Jajaja simon, ella casi casi me pidió que fuéramos novios, se nota que le gustó mucho a ver si la neta afloja algo. F: Pues si surge algo rico, cuentas no? Jajajaja ya sabes que de aquí no sale, oye wey al rato puedo ir a tu casa? Es que tengo unos DVD que le robe a mi carnal, y pues tú tienes DVD ahí los podemos ver, qué dices? Yo: Y de qué son? Si se ven y si puedes ir wey ya sabes… Felipe y yo llevamos alrededor de 6 años de conocernos, éramos amigos desde la primaria y en la secundaria las cosas habían cambiado mucho entre él y yo. Para empezar hablábamos de sexo todo el tiempo, siempre de cómo nos masturbábamos y de cómo nuestras vergas eran más grandes y más desarrolladas que las de nuestros otros amigos Jail y Roberto con quienes nos juntábamos para jalárnosla en grupo. Yo era un “amante” secreto de la verga de Felipe, en aquel entonces no lo entendía y lo veía como morbo, pero la realidad era que me encantaba verle la verga a mi amigo y como no; Felipe había sido bendecido con una verga grande, gruesa, entre morena y blanca, de esas que tienen el tronco moreno, los huevos morenos pero la punta de la verga parece la gloria, era una punta gorda y blanquilla, al mirarla lo único que querías hacer era jalarla o tocarla al menos, le medía unos 17 cm y apenas teníamos 12 años por lo que iba a crecer y vaya que así fue, debe ...
    ... medirle unos 20 cm hoy en día con sus 30 años. Yo no me quedaba atrás y supongo que por eso le llamaba la atención a mi amigo, mi verga es ligeramente curva hacía abajo con 15 cm de riata por aquel entonces y 18cm hoy en día, eso sí unos huevos que le herede a mi padre y de los que halagos no me faltan, son grandes y cuelgan, muy parecidos a los del actor porno Antonio Biaggi. En fin, por aquel entonces yo comencé una relación con una niña de mi edad, llamada Ivett que tenía unas piernas grandes y unas caderas que le hacían juego, pechos de buen tamaño pero no era guapa; eso le restaba mucho pero a mí eso de la cara linda, no era impedimento cuando de coger se trataba, Arturo el chofer de mi padre me había enseñado para aquel entonces que la mujeres había que complacerlas como fuera y como vinieran. Así que cuando supe que Ivett quería conmigo, de inmediato le pregunte si quería ser mi novia, y la “relación” rápidamente tomó el camino que yo esperaba. Nuestra primera “cita” decidí llevarla por un helado y a caminar un rato, yo sabía que Ivett no era una chava timida, lenta o seria, todo lo contrario era aventada y ya se le miraba lo cachonda desde aquella edad. Salimos por el helado, caminamos de la mano de regreso y cuando parecía la cita de “manita sudada” estaba por terminar…. Ivett: Y…eso es todo? Ya nos vamos cada quién a su casa? Por qué no entramos a esa plaza a ver un rato. Una plaza comercial casi abandonada con pocos locales ocupados, y la mayoría de ellos oficinas nada ...
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