1. Javier IV: Ivett, Felipe y yo, aprendiendo a darnos placer.


    Fecha: 27/12/2018, Categorías: Masturbación Autor: HeteroBi89, Fuente: SexoSinTabues

    ... al parecer ella no iba a quedarse de brazos cruzados, llegamos al parque de mi pueblo, que por aquel entonces estaba lleno de árboles y bancas debajo de estos, Ivett me pidió tomar un descanso ahí, era noche así que en las bancas no se miraba nada si uno pasaba a los lejos, solo acercándose podrías ver quién estaba en la banca, el árbol ayudaba mucho ya que no era muy alto pero si muy abundante. Nos sentamos e inmediatamente comenzamos a besarnos, la calentura y la sangre volvieron a mi verga que se endureció de inmediato, Ivett la sintió e inmediatamente la liberó de mi pantalón (No suelo usar ropa interior) yo la detuve un segundo ya que estábamos en un parque y a metros de distancia había familias y gente pasando, pero la calentura de Ivett parecía impedirle pensar bien, ella lo único que deseaba era verga, “No pasa nada, no nos verán así…” se MONTÓ en mí, como si sentará en mis piernas pero dejando la zona de su sexo en donde estaba mi verga, se desabrocho el pantalón y literalmente se lo bajo, para poder rozar su sexo con mi verga!! UUFFF eso era la gloria para mí, sentía sus fluidos caer entre mis piernas, en mis huevos que estaban más colgados que nunca y si no me engañaba, más grandes; Ivett me tomo del cuello, me beso y me dijo al oído “Métemela!” yo no pensaba en nada más que en eso…pero! Fue justo cuando nos intentábamos acomodar para hacerlo que se me ocurrió mirar al otro lado de donde nos posicionamos; había un señor, de unos 40 años aproximadamente, moreno, ...
    ... con bigote y un short deportivo, nos miraba mientras se tocaba la verga, tenía la mano metida por la pierna y se masajeaba la verga mientras nos miraba. No tenía idea de cuánto tiempo llevaba observándonos, pero estaba en una banca frente a nosotros a unos metros en la oscuridad igual que nosotros pero con una bicicleta frente a él que impedía un poco la vista, yo lo mire y sentí como la sangre hirviendo corría por mi venas, de pronto Ivett dejó de ser el centro de atención, era ese señor, maduro quién más me excitaba, alguien se la estaba jalando mirando lo que hacíamos y para mí eso, por alguna razón, era la gloria! Con mucha emoción seguí besando a Ivett y decidí montar un buen show para el don que tenía en frente, así que gire un poco a mi “noviecita” para que su sexo, su dulce papaya que chorreaba de deseo diera prácticamente de frente al señor, así podría observar lo que yo tenía a mi disposición, en esa posición comencé a dedearla, le metía los dedos y fue ahí en esa posición que por alguna razón di con el clítoris de mi novia, lo toqué, lo rocé o lo manosee, no sabía bien pero Ivett se retorció cuando lo toque, así continué tocando mientras más lo tocaba ella más se retorcía y más gemía, comencé a notar que a Ivett el asunto de estar en el parque estaba olvidándosele ya que comenzaba a gemir más y a moverse más. Decidí parar, mi verga era otro volcán de baba cuando paré, estaba llena de preseminal y mis huevos escurrían de mis fluidos y los de ella. Justo cuando me ...