1. Alicia y sus cuñados 2


    Fecha: 27/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues

    ... cuerpo de Alicia. Mi esposa, se ponía toda colorada, y le apartaba las manos, diciéndole que se quedara quieto, que los iban a descubrir; pero mi concuño estaba embriagado de deseo, y no soportaba esperar hasta el inicio de semana, para cogérsela. Recuerdo una ocasión, en que asistimos a una boda. Al salir de la Iglesia, nos tomamos varias fotos con los novios. En una, estaban: mi suegra, Claudia, Rolando, y mi esposa; junto con los novios. Yo, estaba en una esquina, oculto, atrás de ellos. Rolando, con uno de sus brazos, abrazaba a su esposa; y con el otro, abrazaba a mi mujer de la cintura, descansando ambas manos en las caderas de las hermanas. Al juntarse un poco más, para salir a cuadro en la foto; sin previo aviso, mi concuño, sonriendo a su mujer, con la otra mano, apretó fuertemente las nalgas de Alicia, clavándole uno de sus gordos dedos hasta el fondo de su culo, mientras el fotógrafo disparaba el flash de su cámara. Cuando pasaban las siguientes personas para fotografiarse, mi esposa se retiraba, estirando su vestido de su colita, sacando la tela de en medio de sus monumentales nalgas. Al mirar la fotografía, Alicia, salió con sus hermosos ojos verdes muy abiertos, lo mismo que su boquita. En la fiesta, Rolando, se las ingenió para meter a mi señora a los baños de los hombres, no supe lo que hicieron adentro, solo los observé cuando salieron, mi señora estaba despeinada y sudorosa, con un extraño brillo de satisfacción en sus lindos ojos. Otra ocasión, digna de ...
    ... contar, fue cuando Rolando metía su lengua en el agujero del culo de Alicia, metía dos dedos en su panocha, y otros dos en su culo. Frotaba arduamente a la par que mamaba. Introducía con fuerza varios dedos en su culito, luego escupió sobre él, para poder lubricarlo; con calma empezó a apartar sus paradas nalgas para que quedara todo el agujero descubierto, al oído le dijo que lo moviera de forma insinuante, para exhibirlo como la puta que era. Rolando agarró su cipote, y tras escupir en él, comenzó sin piedad a insertarlo en su culito. Sus embestidas, poco a poco, insertaban su barra de carne, en el agujero anal, a la fuerza, iba entrando, y ella, parecía estar a disposición de sus embestidas, que gracias a que, la sujetaba de su cintura de avispa, evitaba cayera de bruces sobre el colchón. Su verga iba taladrando sin piedad, su adolorido agujero, y no paró hasta que, sus peludos huevos chocaron con sus blancas nalgas. Luego comenzó un mete y saca pausado, hasta que, tomando velocidad, logró que los melones de mi señora, se movieran como sacudidos por un fuerte terremoto; era un mete y saca endemoniado -¡Así te quería tener putita! –Gruñía Rolando-. Con toda mi verga, en el fondo de tu hermoso culote, ¡que nalgotas Dios mío!, esto es la gloria, ¡que rico me aprietas la verga! Tienes bien apretado tu culito cuñadita. ¡Toma putita! ¡Toma la verga que tanto te gusta! ¿Te gusta como te meto la verga en tu culo? -Si. Papito, me encanta tu verga, ¡así!, ¡que rico!, ¡párteme en dos!, ...
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